Capítulo 7

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Nació un sentimiento prohibido.

Dong me había vuelto a regañar, porque últimamente estaba siendo irresponsable, diciéndome cosas que no eran propios de mi persona, ¿pero que podía hacer? Decidí no contarle el accidente con Jungkook sobre haberme drogado, si había sido un accidente no quería que Dong fuera y reprochara a los enfermeros por dejarle las jeringas de calmantes a Jeon sin inyectarlas ellos mismos, porque tenía entendido que cuando a él se le daban calmantes eran inyecciones, así que debió de quedarselas y ponerlas en otra jarra de agua para a lo mejor tomarlas cuando no podía dormir bien sin necesidad de llamar a los enfermeros o alarmarlos en medio de la noche. De todas formas, yo me encargaría de hablar con los responsables de darles los calmantes a Jungkook.

Suspiré pensando que a lo mejor me había mentido y él no estaba durmiendo bien, sino, ¿por qué tendría esa jarra de agua con calmantes? Tal vez le tocaría el tema después. Trataría de conciliar el sueño y mañana sería un día nuevo, esperando en ver avances en Jungkook, avances verdaderos.

Me removí de mi lugar, moviéndome de un lado a otro porque algo intentaba perturbar mis sueños, escuchaba ruidos, pero pensé que era solo el árbol o el viento chocar contra la ventana, pero sentí el colchón hundirse y me levante quitando me el sueño de golpe, mi corazón casi se salía de su lugar cuando vi una persona sentada.

—¿Jungkook? —miré la hora en el reloj y era las cuatro de la madrugada —. ¿Como entraste?

—No quise asustarte así.. No pude dormir porque tenía que darte esto —dejo un fotocheck sobre la cama.

—¿¡Tú lo tenias?! —lo tomé empezando a sentirme molesto.

—¡No, lo juro! Otro paciente las tenía y le pedí que me las diera porque eran de mi psicólogo, o sea, tuyas.

—¿Te vieron las cámaras o el guardia?

Se encogió de hombros sin mirarme y luego negó. Suspiré y me senté en la cama para ponerme los zapatos y llevarlo de nuevo a su habitación, ¿por qué los guardias no estaban haciendo su trabajo?

—¿A dónde vas?

—Te llevaré de regreso a tú habitación.

—No... —me miró con súplica esperando que yo pudiera de cambiar de parecer.

—Jungkook, tengo que llevarte a tú habitación porque podrían descubrirnos y yo soy quien se llevara los regaños, estas bajo mi responsabilidad, ¿lo entiendes?

Estaba a punto de levantarme para salir de la habitación junto con Jeon, pero al darle la espalda él aprovecho en abrazarme desde atrás, tomándome entre sus brazos con fuerza en mi cintura y dejando su rostro hundirse en mi hombro derecho, donde sentí mi camiseta humedecerse.

¿Acaso estaba llorando?

—Jungkook, por favor, te lo he dicho muchas veces, ésto no está bien —hable lo mas calmadamente posible para hacerle entrar en razón, pero la respuesta que recibí fue sentir su agarre aún más fuerte.

—Por favor hyung, acepta lo que tengo para darte, no me hagas hacer cosas que no quiero hacer.

Por sus últimas palabras me quedé paralizado, volví a caer en la realidad cuando sentí sus manos acariciar mi abdomen y sus nariz inhalar fuertemente de mi camiseta, no sabía cómo tomarme lo que había dicho. ¿Qué se supone que me haría si seguía negandome?

—Quiero pasar la noche aquí —dijo en un susurro, aún teniendo su rostro hundido en mi hombro—. ¿Me vas a dejar?

Me gire lentamente para encararlo y con la luz de la luna divisé su rostro. Sus ojos brillaban y se dilataban al verme. Seque las lágrimas que se habían deslizado en su rostro.

El caso de Jeon Jungkook; jikookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora