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Tenía once años cuando lo conoció, la asamblea en el Valhalla acababa de concluir y fue entonces que, en compañía de sus tiós, lo ubicó.
Sus perezosos pasos avanzando  hasta ellos, tan solo para intercambiar unas pocas palabras con Adamas. Al inicio, ladensa atmósfera de oscuridad que emanaba del azabache fue motivo suficiente para mantener la distancia, e incluso llegó a creer que se trataba del mismo monstruo que asechaba sus sueños.

Pero para ese entonces ella solo era una niña.

Contadas fueron las veces que se topó con él en antaño, por lo regular   en el palacio de Hades, donde siempre lo veía platicar con el de cabellos platinados de temas que no era capaz de comprender.

Siempre que Poseidón decidía llevarla consigo a los dominios de su hermano, ella se negaba por miedo  a que ese sujeto estuviera también. Sin embargo, el temor que Beelzebub imponía sobre ella desapareció el día que accidentalmente se extravió dando un recorrido por los exteriores del palacio de su tío.

Recordaba que Poseidón le concedió el permiso de dar un paseo siempre y cuando no se alejara del límite establecido. Desafortunadamente para ella, el haberse ensimismado  mientras caminaba, la condujo  directo a una zona remota que  desconocía totalmente.

Fue en ese preciso momento que  Beelzebub la encontró, ofreciéndole su ayuda. Naturalmente desconfió de él, pero al entender que no habría otra forma de regresar, no le quedó más alternativa que confiar en su palabra.

El camino fue silencioso, él era un hombre de pocas palabras, taciturno. Y ella no se arriesgaba a preguntar mucho más. Ya dentro de los límites,  _________________ le agradeció infinitamente, todo parecía marchar de maravilla, eso hasta que Poseidón encontró al demonio teniendo una conversación con la chica. La presencia de aquel sujeto no le agradaba ni un poco, temiendo por la seguridad de la femenina.

Luego de que Hades interviniera en la pelea que estaba a punto de desencadenarse, Beelzebub prefirió marcharse y ciertamente ______________ no podía estár más molesta con el rubio por haber tratado de tal forma a la persona que le había dado una mano.

Tras lo sucedido ninguno volvió a tocar el tema, pero _______________ estaba dispuesta a darle las gracias una vez más a Beelzebub y de paso disculparse por el comportamiento de Poseidón. Hades la descubrió tratando de localizar al azabache y  prometiendo no decir nada al respecto, la guió por el camino correcto, ofreciéndole su compañía para que no estuviese sola.

—Has estado muy distraida— aseguró el rubio sin apartar sus ojos de la lectura.

_______________ se esforzó en camuflar su preocupación tras el libro que leía. Habían pasado unos meses de su último encuentro con Beelzebub, sintiéndose cada vez más confundida con respecto a los sentimientos que florecían a causa del demonio.

Las cosas habían evolucionado tan recientemente para ella, que no era capaz de organizar sus ideas.  Múltiples fueron las ocasiones en las que quiso consultarle a Poseidón respecto a lo que sentía por Beelzebub, pero evidentemente eso no acabaría bien. El rubio era tan inexperto como ella en dichos temas, al mismo tiempo temiendo que sospechara de la repentina pregunta. Otras veces consideraba seriamente en acudir a Hades, hasta que cayó en cuenta de que el rey de los muertos estaba incluso peor que su hermano.

Asimismo, la confianza hacia las deidades femeninas que podrían ayudarla a resolver sus dudas se reducía a nula. Más aún cuando ni siquiera entablaba conversación alguna con ellas.

—_______________— llamó una segunda vez a su nombre.

En esas circunstancias, la aludida no tuvo más alternativa que tratar de aparentar que el libro realmente la mantenía absorta.

Hali《Poseidón》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora