𝚌𝚞𝚊𝚛𝚎𝚗𝚝𝚊 𝚢 𝚞𝚗𝚘

1.1K 100 52
                                    

Diego

Aquí ando, en lo de siempre con la mina que hace poquito me odiaba. Probablemente aún me odia un poquito, pero eso es lo divertido. Lo loco es que me agarró a chuchás en una asamblea y ahora quién la viera tan tranquila escuchando lo que hablan los demás, y a mi lado como si fuera poco.

Del odio al amor hay solo un paso, pero puta que costó. Casi me desgarra los sentimientos, así son.

La vida me a preparado para todo definitivamente.

—Gracias a todos por venir a la asamblea de hoy, sabemos que fue a última hora pero es necesario para cachar que aún no se pierde el enfoque.

El que habla creo que le dicen Leo. Pocas veces he intercambiado palabras con él. Igual lo raro sería que dijera que he intercambiado muchas palabras con él. Eso sí que no es nada mío.

Lo que me sorprende es la poca convocatoria, no hay mucha gente a comparación de otras veces.

—Mañana le damos con todo como siempre, pero ojalá ir organizados, la idea es que alcancemos a marchar y no quede la cagá antes.

Es que, pisamos territorio de la muni y queda la cagá. Es inevitable.

Los demás que están a su lado asienten, de acuerdo.

—Unos cabros y yo podemos ir en frente, así le damos más sensación de seguridad a la gente que vaya. Tengan por seguro que nosotros podemos resistir bien —habla otro.

Yo ladeo la cabeza, pensado.

—Seríamos cinco minos que ya se ofrecieron, si hay algún otro chiquillo sería la raja —continúa.

Algunos murmuros comienzan a sonar, yo no digo nada. Personalmente porque el hecho de que si por casualidad alguien le cuenta a mi abuela que me ve en primera línea, le da un infarto. Y aunque voy con la capucha, no me gusta.

Nadie se ofrece, hasta que Bambi, a mi lado, levanta la mano.

—Disculpa —comienza, con todas las miradas en ella. —Yo no tengo problema en apañar también.

Yo sonrío. Claramente que se iba a ofrecer.

Los que estaban hablando se miran entre ellos, no convencidos.

¿La están subestimando?

—Chuta, sería bacán, pero te podemos avisar si necesitamos más gente si no llega algún otro ofreciéndose —sonríe el mino, esquivándola.

Él vuelve a mirar a la gente para ejercer presión visual y que algún otro se ofrezca en ese instante, pero nadie pesca.

—Si acabas de decir que necesitan gente, aquí hay una, lista y dispuesta —responde Bambi con una sonrisa. —No creas que después me voy a echar para atrás.

—No es eso, tenlo por seguro —intenta suavizarla el mino.

—Entonces estamos okey, te puedo dar mi contacto si necesitas organizar algo, como quieran —se encoge de hombros Bambi.

Que es insistente, así yo ya le hubiera dicho que sí.

El mino parece miedoso de lo que dirá.

—Es que lo ideal sería un chiquillo, no creas que por tema de género y ser machistas, sino que el círculo se entenderá mejor y así las cosas no se ponen tan intensas.

Eso suena a tema de género y machista.

Mal día para levantarme de mi cama a venir a escuchar weones.

Bambi une sus cejas en confusión.

—En verdad no entiendo, pero como quieras.

—Hermano, nadie más se está ofreciendo, déjala piola —habla otro mino. —Mientras más mejor. Unos cinco no pueden hacer frente solos, si eso es lo que piensan.

amor capucha Donde viven las historias. Descúbrelo ahora