Me enamoré de ti ||Mikey x lectora||

~Capítulo 2~

Me quedé paralizada al escucharlo decir mi nombre.

Sobre todo porque ya no me llamaba como antes.

Mikey se quedó un buen rato mirándome de arriba a bajo sorprendido, como si estuviese analizándome con la mirada.

Pero no tardó en reaccionar.

- ¿Que mierda haces aquí? Lárgate- dijo serio.

Lo miré confundida.

- ¿Qué es lo que te pasa?- pregunté mientras me acercaba poco a poco a él- ¿Por qué te comportas de esta manera?

El se quedó unos segundos callado.

- ¿En serio aun no superas lo que pasó después de un año?- dijo ahora molesto.

Espera, ¿qué?

¿Llevaba un año sin estar al lado de Mikey?

Miré al suelo sin saber que decir.

- ¿Tú también has venido Takemichi?- dijo Mikey notando su presencia- Llévatela de aquí.

- Mikey-kun...

Takemichi habló apenado, porque lo que estaba viendo frente a sus ojos no era Mikey, sino una persona totalmente distinta.

- No me lo puedo creer- dije en tono bajo llamando la atención de los dos- Esto es increíble.

Mikey se acercó a donde estábamos nosotros con la pistola aun en una de sus manos.

- ¿Acaso estás enfadada? No me lo puedo creer- dijo soltando una pequeña risa.

¿Como podía sonreír en este momento?

- ¡Si lo estoy!- dije intentando aguantar las lágrimas que amenazaban por salir de mis ojos- ¡No me puedo creer que hayas caído tan bajo!

Volvió a cambiar su expresión a una seria.

- Créetelo, Haru- dijo en un tono frío- Se acabó todo, ya no puedes hacer nada.

Apreté mis puños.

- ¿Podrías al menos explicármelo?- pregunté aun enfadada- ¿O no eres capaz de explicarme el motivo de haber matado y lastimado a tantas personas?

Sin decir nada, alzó su mano, apuntándome con la pistola.

Mi respiración se aceleró al darme cuenta de que estaba a centímetros de mi.

- ¡Mikey-kun!- la voz de Takemichi preocupado se escuchó de fondo.

- Más te vale largarte sino quieres que te mate a ti también- dijo acercando aun más la pistola a mi rostro.

Y entonces sucedió.

Por primera vez sentí miedo de Mikey.

Pensé que lo había perdido por completo y también pensé que jamás podría volver a estar con el.

Pero detuve todos mis pensamientos al darme cuenta de una cosa.

La mano que sujetaba la pistola estaba sudada y temblaba levemente.

¿El también tenía miedo?

Eso me hizo tener un poco de esperanza.

Decidí tranquilizarme y calmar mi respiración.

Mikey tampoco quería hacer esto, pero había un maldito motivo por el que lo hacía y tenía que averiguarlo.

Yo... quería ayudarle.

Antes de hablar, lo miré directamente a los ojos.

- Esta bien- dije secándome las lágrimas- Si tanto quieres hacerlo, hazlo.