Hay algo en el paisaje invernal que me atrae y que a la vez me inquieta, se ve tan calmado y pulcro, como si nada fuera a suceder, nada puede hacerte daño, pero sé que no es así, puede llegar a ser tan frío, hasta el punto de matarte sin remordimiento, hermoso y peligroso, puede decirse que estoy familiarizada con ello, a pesar de que estos últimos 17 años he vivido en las zonas más calurosas del país, nada de grandes nevadas en navidad, cualquiera diría que estoy hablando sin saber, mas no es así, yo mejor que nadie, sé todo sobre el frío...Forks, un pequeño pueblo en el estado de Washington, cubierto por un paisaje con diferentes tonos de verde y un cielo nublado, con una población de 3120 personas, bueno, ahora serán 3121; volver al lugar en el que nací se siente un poco raro, sé que debería sentir que vuelvo a casa, pero no es así, siento que estoy en una especie de limbo, uno nublado y frío, puede decirse que mi vida es una recolección de espacios intermedios, aunque este lugar me hace sentir... Tranquila y desconfiada a la vez, quizás sea porque por primera vez en años estoy en ambiente en el que puedo respirar bien, teniendo en cuenta lo que soy, es fácil suponer que los climas helados son adecuados para mi, además, el cambio de ambientes fue muy favorecedor, no sentiré que me estoy derritiendo cada que se apague el aire acondicionado en un lugar o me juzgaran por tener la piel como la leche, a pesar de vivir en un lugar tan soleado, aun así siento que algo va a pasar. El dichoso problema en el viaje fue Charlie, mi relación con mi progenitor es casi inexistente, así que la conversación era igual, no tengo nada contra mi padre, él y mi madre se separaron cuando yo era un bebé, me quedé con mi madre y para ella lo mejor fue mudarse lo más lejos posible de mi padre, desde entonces no hemos convivido más de tres semanas por año y eso fue cuando era una niña, desde los 12 años no hemos tenido más contacto que videollamadas y visitas que el me hacía, creo que he cambiado un poco desde entonces; estábamos en el auto, en medio de un silencio sepulcral y Charlie quiso cortarlo.
- Tu cabello esta diferente. - ¿En serio? ¿Tenía que tomar ese camino?
- Está... Más largo. - Vamos Charlie, intenta arreglarlo.
- Sí... Un poco. - Sí, claro que creció después de 5 años.
- Tengo una sorpresa preparada para cuando termines de instalarte. - Comentó de la nada.
- Papá, no tenías que hacerlo. - Las sorpresas no son lo mío, no las desprecio ni nada, solo no me gusta que me tomen desprevenida, por eso me alegro de que me lo informara antes, así estaré preparada.
- Lo sé, pero quiero que te sientas cómoda aquí. - Respondió avergonzado por decir lo que sentía en voz alta.
Tanto mi padre, como yo, somos personas de pocas palabras, muy serios en realidad, preferimos sentir y sufrir en silencio, aunque suene un poco cliché, pero es cierto, a diferencia de mi madre, un espíritu libre, creo que por eso huyó de aquí... Luego de unos cuantos comentarios sobre el clima, la conversación se detuvo; al llegar a la casa noté que estaba tal y como la recordaba, es el único lugar en este pueblo en el que me siento en casa, a pesar del ambiente helado, era un hogar cálido, la misma casita de dos habitaciones y un baño, de los primeros días del matrimonio de mis padres, bueno, los únicos días.
Habían algunas fotografías en las paredes, unas de mis abuelos paternos, los cuales murieron cuando yo todavía era un bebé y las demás eran mías, las que mi madre le enviaba a Charlie de vez en cuando, mi cuarto estaba intacto, exceptuando la cama, fue lo único que él cambió, es pequeño, pero no me quejo, no es que necesite más espacio, me causó nostalgia ver todos los peluches que mi padre había guardado, ya no los recordaba, la mecedora en la esquina, la mesita de noche, el tocador y la pared con distintos dibujos de mi infancia, sí, todo estaba igual; luego de dejar las maletas en mi habitación me dejó sola para acomodarme, sin saber cómo despedirse solo me dio unas palmadas en el hombro y salió, espero que las cosas no sean siempre así... Empecé a guardar mis cosas, sabía que de no hacerlo de inmediato lo más probable es que se mantendrían en las maletas por semanas, dejé mi viejo y amado violín apoyado en la pared al lado de mi cama, quizás así sienta el impulso de volver a tocarlo algún día, me acerqué al tocador, este era estilo princesa, de madera con un espejo ovalado y un taburete para sentarse, fue un regalo de cumpleaños de parte de uno de los amigos de Charlie, me encantaba en ese entonces, no se a dañado con el tiempo, está en perfectas condiciones y eso me alegra; al verme al espejo me sentí diferente, nunca he sido alguien vanidosa, el reparar en como me veía no era una de mis mayores preocupaciones, principalmente porque sentía que mi apariencia no encajaba del todo con mi entorno, pero aquí mi piel blanca, casi translucida no se ve mal en contraste a mis ojos café oscuro y mi cabello no se mira tan raro, algo que puede ser muy difícil. Tal vez necesiten un poco de contexto, desde los 13 años mi cabello empezó a volverse blanco, primero fueron solo un par de mechones, ahora el sesenta porciento de mi cabello es blanco como la nieve, algo que no se puede ocultar y para mi mala suerte, tampoco teñir, esta apariencia en Phoenix no es muy usual, mi madre tiene el mismo problema, solo que ella opta por usar peluca, como siempre dice: "No debemos llamar la atención" ese es el lema que hemos seguido toda mi vida, pero es entendible tomando en cuenta lo que somos. ¿Lo que somos? Sí, lo que somos, es una realidad con la que he tenido que vivir desde siempre. ¿Y cómo no? Después de todo soy una Nix Mulier, una bruja de hielo, como Yuki-onna (tenemos muchos nombres dependiendo de la cultura) o al menos una parte de mi lo es, soy un híbrido, no soy completamente humana, no importa cuanto lo desee, jamás lo seré y no importa cuanto niegue mi naturaleza, esta terminará atrapándome al final, ya sea por la sangre que corre por mis venas o por la herencia de la que hemos estado huyendo.
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ICE BLOOD
FanfictionAlgunas personas están congeladas en el tiempo, otras viven cada día esperando por volverse una estatua de hielo. ¿Puede un corazón de hielo amar a uno sin vida?