- En tal caso... Diviértete. - Me esforcé por ocultar mi decepción por la separación, pero por supuesto no lo engañé.
- Lo intentaré. - Seguía sonriendo.
- Y tú, intenta mantenerte a salvo. - Puse los ojos en blanco.
- A salvo en Forks, qué gran reto. -
- Para ti lo es. - Su rostro se endureció.
- Promételo. -
- Prometo que intentaré mantenerme ilesa, esta noche lavaré ropa, así que a menos que me caiga de cabeza en la lavadora, todo estará bien. -
- Por favor, no lo hagas. - Se burló.
- Haré lo que pueda. - Se puso de pie y yo también me levanté.
- Te veo mañana. - Musité.
- Te parece mucho tiempo. ¿Verdad? - Murmuró, asentí avergonzada.
- Por la mañana, ahí estaré. - Me prometió esbozando una sonrisa pícara, extendió la mano para acariciarme la cara, rozó gentilmente mis pómulos, se dió la vuelta y se fue.Lo vi desaparecer por la puerta de la cafetería y yo me dirigí a la clase de biología, preguntándome de dónde había sacado el valor para hacer eso, darle ese corazón, mi corazón, en mi familia era una muestra de lealtad, confianza, en las bodas los novios intercambian sus corazones, para evitar traiciones, aunque mi familia materna no era capaz de sentirlo realmente, para mi era una muestra de amor, como se lo había dejado claro en nuestra pequeña discusión sobre mi vida amorosa, él era el primero y probablemente el último, pero no me arrepiento de ello, sus preguntas sobre el futuro me hizo darme cuenta de eso, mis esperanzas sobre el futuro eran escasas, siempre lo han sido, sin embargo, es la primera vez que me molesta en mucho tiempo, porque Edward realmente estaba interesado en lo que yo quería para mi futuro y yo apenas tenía una vaga idea de lo que me hubiera gustado hacer si pudiera vivir lo suficiente de forma sana y funcional, antes de empezar a ser una carga para los demás, incapaz de moverme o respirar por mi cuenta.
Mañana va a ser un momento crucial, estábamos en el filo de la navaja, caeríamos de uno u otro lado, dependiendo por completo de las acciones de Edward, yo había tomado mi decisión, incluso antes de ser consciente de ella y voy a sostenerla hasta el final, porque no había un escenario peor que separarme de él, le prometí que lucharía contra él si llegaba a perder el control, pero una pequeña parte de mi estaba dispuesta a morir en sus brazos, sería mejor que la alternativa... Desterré esa idea, Edward estaba haciendo lo posible por evitar este escenario, yo tenía que hacer lo mismo. Necesité todo mi autocontrol para no mandar a volar a Mike cuando intentó interrogarme con respecto a Edward y el baile, el chico estaba encaprichado conmigo, en unos años, luego de mi muerte y que pasara la noticia, ni siquiera recordaría mi nombre o que siquiera existía; mi coche estaba en el mismo sitio en el que había estado el Volvo por la mañana, ya no me sorprendía, parecía que era capaz de todo, tomando en cuenta que no estaba muy segura de dónde había dejado mis llaves la última vez, pero ahí estaba, esperándome con una nota.Se prudente.
Esas dos palabras tenían más peso de lo que parecía, al volver a casa todo se veía igual, siguiendo con lo que le había dicho a Edward, me dispuse a lavar la ropa y de paso a hacer la cena; Charlie estuvo distraído durante la cena, supuse que le preocupaba algo respecto al trabajo o tal vez sobre mi salida de mañana, ayer reaccionó de forma muy tranquila, quizás le tomó un tiempo el procesar lo que había dicho o puede que los resultados de mis exámenes finalmente hayan llegado, con papá era difícil saberlo.
- ¿Todo está bien? - Le pregunté luego de un rato.
- ¿Ha? Si. ¿Por qué? - Se desorientó cuando lo saqué de su meditación.
- Es que estabas muy distraído. ¿Está todo bien? -
- Estoy bien, hija. Solo estoy un poco cansado, fue una semana pesada, estaba pensando en la pesca de mañana y el hecho de que tendrás tu primera cita, tal vez deba quedarme en casa para recibir a ese chico. - Me sonrojé y negué fervientemente con la cabeza.
- No papá, no cambies tus planes, estaré fuera de la casa todo el día. Ve y diviértete, te lo mereces. -
- ¿Estás segura? -
- Totalmente, papá. Además, el nivel de pescado en el refrigerador ha bajado preocupantemente, hemos descendido de una reserva de tres años a una de dos. - Me sonrió.
- Adoro vivir contigo, Bree. - Me conmovió esa simple declaración.
- A mi también me gusta, papá. - Contesté entre risas apagadas por las irracionales ganas de llorar, pero por suerte no se dio cuenta.
- ¿Qué pasará si no vuelves? - La pregunta de Edward hizo eco en mi cabeza.
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ICE BLOOD
FanfictionAlgunas personas están congeladas en el tiempo, otras viven cada día esperando por volverse una estatua de hielo. ¿Puede un corazón de hielo amar a uno sin vida?