Capítulo 16

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Esta parecía una noche totalmente distinta a la que había imaginado antes, fingiendo que había escogido el mismo restaurante con Alice de pura casualidad y ahora aquí estaba, prácticamente en una cita con la chica, solo que no contaba, ya que no le había dado la oportunidad de negarse, ella ya tenía su puerta entreabierta antes de que yo hubiera pasado alrededor del coche para tener ese gesto caballeroso con ella, por lo general no me era tan frustrante el tener que moverme a velocidad humana, esperé a que se uniera a mi en la acera, cada vez más nervioso al ver que sus amigas se dirigían a la esquina oscura.

- Detén a Jessica y Ángela antes de que también deba buscarlas a ellas. - Ordené.

- Dudo que los dos podamos contenernos de nuevo si volvemos a ver a tus amigos. - No, yo no sería bastante fuerte para detenerme y ella tampoco podría, se estremeció un poco, luego dio medio paso hacia ellas y las llamo.

- ¡Jess! ¡Ángela! - Cuando se volvieron ella agitó su brazo sobre la cabeza para llamar su atención, ambas se aliviaron por verla sana y salva. Se apresuraron a volver y luego se detuvieron, impresionadas al verme al lado de ella.

- No lo puedo creer. ¿Edward Cullen? ¿En serio? - Pensó Jessica atontada.

- ¿Se marchó sola para encontrarlo?- Los pensamientos de Jessica dejaron atrás la sorpresa y se llenaron de sospechas.

- ¿Dónde has estado? - Preguntó, mirando fijamente a Breena, pero mirándome de reojo.

- Me perdí y luego me encontré con Edward. - Dijo señalándome, su tono era notablemente normal, como si eso fuera lo que realmente hubiera sucedido.

- ¿Les importaría que me uniera a ustedes? - Pedí por cortesía, sabía que ya habían comido, los pensamientos de Jessica se volvieron súbitamente incoherentes, los de Angela no eran mucho más serenos, pero porqué no podía tener ese efecto en Breena.

- Eh... Sí, claro. - Jessica estuvo de acuerdo, Ángela frunció el ceño.

- De hecho, Breena, lo cierto es que ya hemos cenado mientras te esperábamos, perdona. - Breena se encogió de hombros desenfadada, tan a gusto, en otro momento definitivamente hubiera pensado que se encontraba en un estado de shock.

- No pasa nada, no tengo hambre. - Dijo.

- Creo que deberías comer algo. - Protesté, necesitaba algo de azúcar en su organismo, aunque su olor ya era bastante dulce, acababa de sufrir una experiencia traumática y luego un ataque, en algún momento el peso de eso caería sobre sus hombros y era mejor que no estuviera con el estómago vacío, se desmayaba con facilidad, lo había visto con mis propios ojos, las chicas no correrían ningún peligro su iban directo a casa, a ellas el peligro no les pisaba los talones, además prefería estar a solas con Breena, mientras ella estuviera dispuesta a estar sola conmigo.

- ¿Les importa que lleve a Breena a casa esta noche? - Le pregunté a Jessica,  antes de que Breena pudiera responder.

- Así no tendrán que esperar mientras cena. -

- Supongo que no... Hay problema. - Jessica miró a Breena, buscando algún signo de que esto era lo que ella quería, al mismo tiempo que Breena le guiñaba un ojo. ¿Breena guiñando el ojo?

- De acuerdo. - Respondió Angela enseguida, ansiosa por quitarse del medio, si eso era lo que su amiga quería y parecía que sí lo quería.

- Nos vemos mañana, Breena. Edward... - Le costó pronunciar mi nombre en un tono despreocupado, entonces agarró la mano de Jessica y comenzó a remolcarla lejos, tendría que encontrar una forma de agradecerle por esto. El coche de Jessica estaba en un círculo brillante de luz echada por un farol, Breena las observó con una mirada atenta, con un pequeño pliegue de preocupación entre sus ojos, hasta que estuvieron en el coche, completamente consciente del peligro que había corrido; no fue hasta que el coche desapareciera que suspiró y se giró para alzar la vista hacia mí.

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