Capítulo 15

190 18 0
                                    



 En la mañana del miércoles desperté deseando que mis manos se encontraran mejor, corría al baño para revisar lo que había bajo los vendajes, cicatrices, eso encontré y una alegría inmensa me recorrió el cuerpo, podía moverlas sin dolor, ni ardor, no me importaba el tener que utilizar guantes un día más, para mañana esas marcas habrán desaparecido y mis manos estarán como nuevas, como si nada hubiera pasado, al bajar para desayunar Charlie estaba esperando por mi, seguramente quería ver mi estado antes de irse, también se alegró al ver que ya no tendría problemas, le recordé mis planes para esta tarde y el lugar donde le dejaría la cena, hoy iría a Port Angeles, para ayudar a Jessica y a Angela con sus vestidos para el baile, también tenía planeado visitar una librería de la que había escuchado, así que no solo que quedaría sentada viendo a dos chicas cambiándose una y otra vez, la temperatura por fin había empezado a bajar, pero todavía había Sol, me puse una blusa manga larga blanca de botones y unos jeans normales, había planeado al colegio justo para no tener que esperar para la entrada a clases, por un segundo guardé la esperanza de ver un Volvo plateado aparcado en algún lugar, pero no fue así, cada vez, mis sospechas se hacían más reales, hasta llegar al punto en el que acepté en en día como hoy, con el Sol tan presente, él nunca asistiría, aparqué en la última fila, el día paso sin pena ni gloria, alejada del mundo real, pensando como enfrentaría a Edward cuando el momento llegara, la idea de ir a Port Angeles se volvió más atractiva cuando Lauren rechazó la salida por otros compromisos, quizás me haría bien salir del pueblo, despejarme un poco, me prometí estar de buen humor, no quería ser una molestia para las chicas, al volver a casa preparé la cena para Charlie, pollo con verduras, le había dicho que mejoraría su dieta, esperaba volver para ver que se había comido todo y no había optado por pedir comida chatarra, me sentí como una madre preocupada por un segundo, me reí ante la idea antes de salir al escuchar el viejo Mercury blanco de Jessica se estacionó frente a mi casa, a continuación fuimos a casa de Angela, me sentía eufórica por alguna razón, como si tuviera más energía, mi excitación fue creciendo conforme íbamos alejándonos del pueblo.

 Llegamos a Port Angeles a las cuatro de la tarde, nunca había estado en una salida de chicas, era extraño y me sentía un poco fuera de lugar, en su mayoría solo escuchaba a Angela y Jessica hablar, cuando me pedían un consejo pensaba con cuidado que es lo que querían que dijera y les regalaba una sonrisa cordial, estábamos en una de las grandes tiendas de la ciudad, ellas no sabía muy bien qué escoger y se me escapó decir que nunca había estado en un evento parecido, así que yo estaba más perdida que ellas, llegaron a la conclusión de que nunca había tenido novio o algo parecido, siempre evité el comprometerme emocionalmente con alguien, bueno, hasta ahora, terminé enterándome de que Tyler le había dicho a media escuela que lo acompañaría al baile de promoción, el golpe que se dio en el accidente debió dejarlo con daño cerebral, pensé que si llegaba a atropellarlo con mi auto quizás me desharía de su culpa o de él, con las dos opciones gano, guardé esa idea para después, pasé el resto de mi tarde viéndolas probarse vestidos y zapatos, por un segundo pensé que Edward, en lo alto que era y lo probable que sería el tener que utilizar zapatos altos para alcanzar al menos una parte de su altura, me sentí como una tonta al pensar eso, parecía que estaba perdiendo la cordura, terminamos antes de lo planeado y decidí separarme de ellas para buscar la librería, las encontraría en el restaurante que habíamos pautado antes. Pasé la siguiente hora caminando de un lado a otro, encontré una librería con aspecto antiguo, entré y pasé un largo rato examinando los títulos de los libros, varios de herbolaria y sanación, hasta que encontré uno sobre mitología nórdica que me interesó, los nórdicos eran de las pocas culturas, además de la japonesa que sabían sobre nosotros y tenían sus leyendas o mitos; empezó a anochecer y yo me perdí, no tenía ni la más mínima idea de donde estaba y me sentía extraña, esa euforia que me había llenado al empezar la tarde no había desaparecido, se estaba incrementando, sentía que podría correr un maratón si quisiera, la voltear al cielo me di cuenta del porqué, no había Luna... Las Nix Mulier, al igual que otros espíritus o criaturas, son dependientes de la Luna, somos más débiles en Luna llena, ya que cuando la Luna se encuentra muy alta en el cielo, aumentando la temperatura, en cambio, las noches de Luna nueva eran las más frías, para mi madre y su familia esto es algo bueno, aumentaba su fuerza, en mi caso era más poder, pero menos control, no sé como se me ocurrió salir así, no podía creer que lo había olvidado, no debí de haber salido y para empeorar las cosas me había perdido, necesitaba volver, al encontrarme en una calle que se dirigía a unos bloques de edificios, intenté probar suerte en otra calle, un grupo de cuatro hombres empezaron a perseguirme, no eran turistas y no parecían cuerdos, tenía una idea de lo que planeaban, así que salí lo más rápido posible de la acera, para dejarles paso libre y escapar, no tenía miedo por lo que podrían hacerme, si no de lo que yo podría hacerle a ellos, ellos me veían como presa fácil, pequeña y frágil, pero no sabían que con un solo toque podría matarlos, comenzaron a llamarme, no les hice caso, pero de forma instintiva me quité un guante, solo por si acaso, solo deseaba que se fueran, no quería tener incidentes esta noche, crucé la esquina con rapidez esperando que se hubieran rendido, pero dos de ellos seguían ahí, me sorprendí deseando que solo quisieran robarme, para mi mala suerte me había topado con una callejón sin salida, me di la vuelta y así corría hacia la otra intersección, no escuché sus pasos más de cerca, pensé que me encontraría con una calle con más peatones, en lugar de eso los otros dos hombres que se había quedado atrás parecían estar esperándome en medio de la calle. Demonios... Di media vuelta y corrí hacia el otro lado, con todo lo que tenía, me quité el otro guante, tal vez podía congelar el suelo, haciéndolos resbalar, me detuve al encontrarme con el resto del grupo frente a mí, decidí no mostrar miedo, yo podía matarlos si quería, ellos eran quienes estaban en peligro. 

ICE BLOODDonde viven las historias. Descúbrelo ahora