Martín y su equipo estaban en el último tramo de la carrera. La prueba había sido dura, pero lo habían conseguido. Trescientos metros los separaban de la meta, al fondo se divisaba la línea de llegada y el reloj digital que marcaba el tiempo transcurrido. Cientos de personas alrededor del ingreso agitaban banderas y aplaudían a los deportistas por haber cumplido con éxito el circuito.
—¡Vamos, el último esfuerzo! —Los motivó Martín.
—¡Más rápido! —añadió Iván y aceleró a fondo.
Cruzaron la meta con un buen tiempo, el mejor de todos en ruta corta.
Martín bajó el ritmo y buscó con la mirada a Estela. La ubicó unos metros adelante, sostenía un cartel, pero desde esa distancia no pudo leer bien lo que decía el texto. Desvió la vista a Lucas, venía hacia él agitando las alas, la gente lo filmaba y le tomaba fotos. El pato causó furor entre los asistentes.
—¡Lucas, sube a la bici! —Le dijo. El ave saltó y se acomodó en el manillar. Algunas cámaras de medios de prensa los enfocaron, maravillados por lo que veían sus ojos—. Vas a ser famoso. —Sonrió e imaginó a Lucas como todo un influencer—. ¿Dónde está Estela? —El gentío que se cruzó en su camino provocó que la perdiera de vista.
—¡Martín! —escuchó su voz.
Bajó de la bicicleta y la empujó con las manos, Lucas caminaba a su lado. Sonrió cuando Estela apareció en su campo de visión. Desde esa distancia leyó con claridad lo que decía el cartel. El corazón le latió con fuerza, apretó el paso, azuzado por esas cinco palabras:
"Sí, acepto ser tu novia"
Rezaba el texto escrito en letra cursiva. Lucas y René aparecían retratados, cargando un anillo, también estaban él y Estela junto a una bicicleta. Era el recibimiento más hermoso que alguien le había hecho.
—¡Estela, mi amor! —Le plantó un beso en los labios. Después se arrodilló en el piso y sacó una cajita del bolsillo de la camiseta—. Esta es mi sorpresa para ti. —Se trataba del anillo de plata con dos esmeraldas con el cual le había realizado la petición el día anterior—. Quería que lo tuvieras sin importar si me aceptabas como novio o no.
Martín le tomó de la mano izquierda y le colocó el anillo en el dedo anular.
—Te amo, Estela, con toda mi alma.
—Y yo te amo a ti. —correspondió ella. Los ojos se le aguaron por la felicidad que sentía.
Él la tomó entre sus brazos y la besó con fervor.
—¡Bravo! —El público aplaudió eufórico por la muestra de cariño de la pareja.
Una periodista le pidió al camarógrafo que filmara la escena romántica. Sería una excelente nota para la revista deportiva. Dos enamorados declarándose su amor en la línea de meta, junto a su pato mascota, era algo digno de grabar para la posteridad.
—Felicitaciones, tía Estela y tío Martín —dijo Raia con una sonrisa pícara.
Los aludidos le sonrieron de vuelta.
—Gracias, sobrina —respondió Martín con humor.
—¡Cuack, cuack! —graznó Lucas felicitando a sus papás humanos.
Los novios lo agarraron entre sus brazos.
—Te queremos mucho, Lucas. Eres nuestro cupido con plumas. —Martín le acarició la cara con afecto.
—Eres muy importante para nosotros, y siempre lo serás. —Estela depositó un beso en su cabeza.
Les llegaron más felicitaciones. Muchos querían festejar con los novios.
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Se busca esposo © (A la venta en Amazon)
RomansaPodemos planear hasta el cansancio, pero las ocurrencias de la vida son únicas. Estela teme, ante todo, quedarse sola. Con dos relaciones fallidas, y con los treinta a la puerta, su más grande esperanza es escapar del sello de solterona. ¿El plan...