Capítulo 11

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Todo permanecía en silencio, un silencio incómodo y preocupante. A penas me acababa de despertar, cuando la oscuridad se apodero de mí. No lograba ver nada, me arrastré por aquel frío suelo hasta hallar una húmeda pared. Y me agarré a ella mientras dejaba caer mis lágrimas.

Estaba muerta de miedo, mi cuerpo temblaba de frío y una herida en mi pecho no dejaba de sangrar produciéndome un inmenso dolor. Quería gritar, quería romper cosas. Pero si siquiera sabía dónde estaba.

Antes de que me diera cuenta, una intensa luz se encendió en el techo. Inmediatamente, mis ojos se cerraron dañados por aquel contraste. Escuché unos pasos acercándose a mí, y quise abrirlos, pero seguía dañándome tanta luz.

—Mírate —Pronunció aquella voz— Hace poco eras una humana normal y corriente, y por culpa del destino, ahora eres un vampiro medio muerto.

No tuve que abrir los ojos para saber a quién le pertenecía aquella terrorífica voz.

—¿Qué es lo que quieres, Henry?

—¿No vas a mirar ni a tu propio padre?

—No tengo fuerzas ni para hablar —Revelé dejándome caer al suelo.

Sentí como mi vida se apagaba poco a poco, aquella herida me mataba, estaba horrible. No entendía muy bien cómo, pero me la debían haber hecho con la daga.

—¡Os dije que no la dañarais demasiado! —Regañó Henry.

—Todo ocurrió muy deprisa, lo sentimos.

—Llamar a Gabiru, él sabrá como curarla —Ordenó acercándose a mí y tocándome la frente— Aguanta, aún no ha llegado tu hora.

Horas después me desperté en una camilla, a mi lado había una ventana por la cual pude observar todo el paisaje. Se podía ver un amplio bosque, y al fondo se escondía el sol mientras la luna reinaba en el cielo.

—¿Cómo te encuentras? —Pronunció una nueva voz.

Le mire indecisa, era un señor mayor, vestía con una bata blanca y llevaba entre sus manos una carpeta con unas hojas. Pero lo más raro era que me sonaba. Conocía a aquel hombre.

—Mi nombre es... —Comenzó a presentarse.

—Gabiru —Moví mis labios soltando el nombre que había escuchado a mi padre.

—Probablemente me conozcas por tu madre, ella y yo éramos muy buenos amigos y también primos.

—Eres... ¿eres mi tío? —Dudé terminando el puzle que se había roto en mi mente.

—Eso es. Tu herida ya está curada, te recuperaras pronto. Por suerte no era muy profunda, pero al haberse hecho con la daga parecía más de lo que era.

—Gracias.

—No me lo agradezcas, aun te queda mucho por sufrir —Informoóagachando la cabeza.

—¿Qué?

—Si Henry no te ha dejado morir... es para matarte él con sus propias manos, pero a su forma.

—¿Cómo que ha su forma? —Quise saber.

—Le conozco muy bien, me separo de tu madre para hacerme su exclamo. Y por ello sé que te está preparando algo horrible. No te matara, seguramente, dejara que te mates tu misma.

—¿Cómo? Nunca me mataría...

—Juagara contigo, jugara con tus sentimientos quitándote todo lo que tienes, matando a todos tus conocidos, torturándote.

El estómago se me revolvió y sentí que me mareaba ¿Por qué haría eso?

-Lia, si no quieres que ocurra, solo dile o dale lo que quiere.

Muerte vampirica (SpV#2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora