Muerte vampirica (SpV#2)

Capítulo 13

Ya no quedaba nada, más que unos cuerpos yacentes, un sueño roto y un futuro robado. Clavé el cristal en mi suave y pálida piel.

—Tengo que hacerlo— Pensé ocultando mis lágrimas.

Pero entonces algo raro vi en el espejo, se reflejaba algo fuera de lo común, aunque aún soñara con ello. Mi rostro era... era humano. No había ni colmillos, ni ojos rojos... Solo yo, una mortal y débil chica.

Aquel pequeño dato hizo que volviera a la realidad, percatándome de que todo era una manipulación, de que aquello era una proyección, nada real.

—Has fallado Henry, deberás esforzarte más —Dije segura de que él me escuchaba.

Espere a que algo sucediera, a que su ira se desatara. Sin embargo, un agujero se creó debajo de mí, haciendo que me callera por aquel oscuro y frio túnel. Pero caí al vacío, no había nada, ni siquiera podía ver, pero no tardo en salir una luz del suelo, una potente. Estaba a dos pasos de mí. Me acerqué curiosa, pero no lograba ver nada. Escuché un ruido por detrás y al girarme una niña pequeña, una que me sonaba mucho se acercó a mi rápidamente y me empujo para que callera en el agujero luminoso.

Pronto toqué suelo, me encontraba en la casa de los chicos. Todo estaba en silencio, una niña pequeña, la misma que me empujo, se encontraba jugando en la sala, de pronto alguien la llamo, y se dio la vuelta.

Era yo.

Unos años atrás, pero yo.

—Joana, vamos a comer, lávate las manos y ayuda a tus hermanos a poner la mesa.

¿Joana? Fue mi primera duda, ¿por qué aquella chica me llamaba Joana? ¿Dónde estaba? Era la casa de mis hermanos, pero, yo nunca llegué a vivir en ella, por lo cual... ¿era algo real o ficticio?

La joven se levantó y salió corriendo hacia mí, traspasando mi cuerpo como si no fuera material, pero aquel acto hizo que volviera a mi cuerpo, al de cuando era una niña.

—Ve a buscar a tus hermanos —Pidió una chica de espaldas.

Yo la conocía, incluso de espaldas. Me acerqué lentamente y lo agarré del vestido que llevaba para confirmar mi sospecha. La chica se giró dejándome ver su cara. Era mi madre.

Me subí a una silla que había el lado y le acaricié sus mejillas, quería sentir su piel una vez más. Ella me miraba asombrada, no sabía qué hacía.

—Joana ¿te ha pasado algo? —Quiso saber.

—Eres tu... estas viva...— tartamudeé abrazándola.

—¿Qué la ocurre? —Se preocupó una nueva figura, esta vez masculina.

—¡Henry! —Grité saltando de la silla y poniéndome delante de mi joven madre.

-¿Henry? ¿Desde cuando me llamas Henry, en vez de, papá?

Le miré sin entender nada, pero pronto entraron mis hermanos, revolucionando la escena.

-¡Joana siéntate aquí!- Pidió Luke, un Luke pequeño.

-¡No! Le toca al lado de mí- Protesto Niall.

Les mire a todos, estaban tan adorables así de pequeños.

-¡Joana! -Aulló una niña un par de años más mayor que yo- Ven conmigo.

Les mire a todos, estaban tan adorables así de pequeños.

—¡Joana! —Aulló una niña un par de años más mayor que yo— Ven conmigo.

—¿Quién eres?— Dude soltando mi brazo.

—Es tu prima pequeña, ¿has tenido un mal día?

—Prima...— No recordaba tener ninguna prima.

De pronto unos adultos entraron por la puerta, la mayoría eran madres que se sentaron con sus respectivos hijos, y entonces apareció Harry, un divertido y hermoso Harry pequeño. Le acompañaban una chica y un chico.

—Harry...

—¡Joana, el otro día cazé un par de ciervos en el monte! Quería traerte, pero no pudimos, mi padre se encargó de ellos. Aun así, mi madre te ha hecho una cosa para que no pasa frio en invierno— Informo emocionado Harry moviendo los brazos sin parar.

—Toma, Joana, espero que te este bien —Pronunció dándome una chaqueta de piel.

La miré atontada, era la madre de Harry, sin duda, era guapísima.

—Gra...gracias.

De pronto, entendí todo, aquel era el pasado que hubiera tenido si Henry se hubiera casado con mi madre, sin matar al resto de las madres. Un pasado donde los padres de Harry no estaban muertos, ni mi madre. Ese era el pasado que nos robaron... ¿pero por qué? ¿Qué sucedió? ¿Qué ocurrió para que todo esto acabara en tragedia?