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-Quiero viajar a Jeju- sus dedos dibujaron un camino invisible sobre mi abdomen. Ambos nos encontrábamos tendidos sobre su antigua cama, mirando las estrellas dibujadas en el techo. -Quiero que escapemos de todos y nadie descubra donde estamos.

-Podríamos... Somos adultos- su cabello reposaba sobre mi pecho, mientras el seguía trazando garabatos imaginarios sobre mí piel. Me estaba volviendo loca, pero debía controlarme.

No es el lugar para este tipo de pensamientos Roseanne. Aleja tus pensamientos impuros.

El pelinegro levantó la mirada y plantó un beso en mis labios, se posicionó suavemente encima de mí mientras nuestras bocas se unían en un vaivén de pasión.

-T-tenemos que ser c-uid-dadosos podri- con sutileza pero con fuerza en su agarre, atrapó mi labio inferior entre sus dientes.

-No nos van a escuchar- mi piel se erizó al sentir su cálido aliento golpear mi oreja. Vaciló unos momentos hasta dirigirse al bordadillo de mi falda. Gemí -Hoy te ves tan perfecta. Quiero llevarte a casa y hac-

-¡Jimin! ¡Rosé! ¡Bajen a comer!- con una mirada pícara, Jimin soltó el bordadillo con fuerza, haciendo que se incrustase en mi cintura.

-¡Auch!

-La próxima vez terminaremos con esto.

Me quedé un instante tendida sobre el colchón mientras intentaba volver a mi yo-no-hormonal. Suspiré.

-¿Vendrás? ¿O debo decirle a omma que sigues fantaseando sobre su hijo, en su propio hogar?

Tomé fuerzas y me levanté de la cama para perseguir al pelinegro -¡Eres un asqueroso!

Jimin esquivó el pequeño almohadón que lancé en su dirección, y justo en ese momento apareció la señora Park con una cacerola llena de comida.

-¡Ambos actúan como niños, ayuden a esta pobre mujer a poner la mesa!

.

-Por el amor de Dios señora Park, este Galbitang está delicioso- gemí mascando aquel pedazo de cielo.

-Cariño, puedes decirme Suegra- me miró con ternura- Y sí, no por nada gané tres años consecutivos el título de reina del Galbitang.

-Si ma, ya entendimos... Bla bla bla Eres la reina de la comida callejera bla bla bla.- La mujer de mediana edad golpeó con la parte exterior de su cuchara, la palma de mi novio.

-Desde que teñiste tu cabello, te haz vuelto un grosero Jimin. El negro está trayendo una nube negra sobre tu cabeza.

-Es bueno cambiar de vez en cuando- ambos se disputaban en una guerra de miradas - Además, a Rosé le gusta mi cabello de esta forma ¿Cierto?

Ambos me miraron al mismo tiempo. Un trozo de arroz se atascó en mi garganta. ¿Qué? ¡Yo estaba tan sorprendida de su cambio de color, tanto como su madre! ¡Ni siquiera me consultó!

-Como sea, ahora te pareces más a Jungkookie. Podría jurar que ambos son verdaderamente hermanos- sentí el grano de arroz volver atravesarse en mis vías respiratorias. -¿Estás bien querida?

La señora Park me observó preocupada -¡S-si!- me levanté torpemente del tapete - ¡Necesito a-agua!

-Te ayudaré- detuve en seco al pelinegro

-¡No!- ambos se sobresaltaron- Quiero decir...¡No, y-yo iré a tomar un poco de aire!

Me alejé rápidamente hasta la cocina. ¡No no no no no! ¡Tres trillones de veces no! ¡Jimin no se parecía a él! Asomé mi cabeza despacio por el umbral de la cocina, para poder ver al susodicho. De espaldas si parecía Jungkook, con su cabello y con esta ropa despreocupada y grande, parecía su gemelo. Volví a esconderme.

¿De quién te escondes?
¡No sé!
No sé que me sucede.
¿Por qué la señora Park tenía que hacer esa maldita comparación?

.

-¿Segura no quieres que pase la noche aquí?- El pelinegro me miraba preocupado.

-No, estoy bien... Creo que estoy un poco indispuesta, solo necesito tiempo a solas.

Asintió sin vacilar y plantó un leve beso en mis labios, salí del auto y me despedí unas cuantas veces como una tonta enamorada mientras lo veía alejarse cada vez más.

Ahogué un grito en una almohada del sillón. -¿¡Qué mierda te sucede Roseanne!?

Había estado comportándome como una rarita luego de la cena en casa de la señora Park. No podía mirar la cara de Jimin sin pensar que estaba mirando a Jungkook, lo cual es tan grave y asqueroso como matar a un pobre animalito de felpa a sangre fría.

¿Por qué todo siempre tenía que ver con él? No podía pasar un maldito segundo con MI novio, sin que alguien o algo trajese a colación al innombrable.

-You know the vibes... know the vibes- el tono de llamada de mi celular interrumpió mis pensamientos.

-¿Hola?

-¿Quieres bajar un par de minutos?- miré desconcertada la pantalla de mi celular. Número desconocido.

Colgué. Hoy no moriría como una protagonista de Scream. nope.

El teléfono volvió a sonar -¡Juro que llamaré a la policia ya mismo!

-Deja de ser tan dramática Jardinera. Mira por tu balcón, y si luego de eso aún quieres llamar a la policía, me iré.

Con cautela seguí su instrucción. Jungkook se encontraba mirando hacia mi balcón, y en su mano izquierda llevaba dos cajas de pizzas y en la otra una ¿bolsa negra?

-Ahora déjame subir- su risa desde el otro lado de la línea me estremeció.

Casi inmediatamente me dirigí a la puerta. Pero me detuve. ¿No tienes un novio señorita? Controlate y vete a dormir. -No

Pude escuchar su respiración pesada. Me prepare mentalmente para una maldición de su parte o para una de sus cutres frases para convencerme - Está bien- suspiró- Cuando quieras, baja y recoge las cosas que dejaré para tí. Buenas noches, Rosé.

¿Ves? Es tremendamente fácil hacer lo correcto, solo debes ignorarlo y todo esto llegará a su fin.

20 minutos después.

-Hola frederick.

-Buenas noches señorita Rosé ¿Que la trae por aquí?- No sabía como preguntarle al portero por aquello, ya que tenía el presentimiento de que sospecharía que aquel muchacho no era mi novio.

-¿Alguien dejó un paquete para mi por alguna casualidad?

-¡Oh! Sí, un joven muy amigable dejó esto para usted- Frederick me tendió la bolsa.

-¿No dejó otras cosas también?

El hombre canoso señaló a su derecha las dos cajas de pizza abiertas y con restos adentro -Fué un joven muy amable, tanto que me regaló estas dos pizzas... Pero para usted no trajó nada más.

¡Maldito seas Jungkook!

Hice una seña de agradecimiento y me retiré del lobby.

¿Que diablos tenía esta bolsa que pesaba tanto?

Como pude subí hasta mi piso y cuando por fin estuve adentro, me apresuré a abrir la misteriosa bolsa.

Un agradable olor golpeó mis fosas nasales. Me sorprendí al ver al menos 3 Kilos de duraznos frescos y en perfectas condiciones dentro. Una nota estaba pegada del lado de adentro de la bolsa.

Querida Rosé

Disfruta de estos lujosos manjares, traídos y cosechados especialmente por mí. Por favor, no los comas todos en una noche o explotarás.

Con amor, J.:)))







Honest | RosekookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora