Travesia nueva.
La tarde estaba linda ¿No? No la verdad es que no, la tarde era un asco, llevaba varias horas en el departamento de Hades, tratando de proseguir con el primer proyecto de la maestra Emma. Estaba estresada y con ganas de tirarme de un puente. Pero era muy joven para morir y realmente no. Unos dos años más no le hacía mal a nadie ¿Verdad?
Aun por las noches me perseguían las pesadillas de que el cualquier momento mi madre venga y me diga que me tiene que hacer un antidoping, ¿Miedo? Muchísimo miedo más bien. Ahí si me iría directivo a Panamá.
Estábamos sacando nuestras ideas del hermoso de Pinterest. Yo amo a Pinterest. Pero bah, quien no ama Pinterest.
Al menos ya teníamos, más o menos, cuál seria la trama. Nuestra trama, no era la típica. Era muy cliché para mi vida.
Ya me escocían los ojos, si seguía así necesitaría lentes para finales del mes que viene. Y ahora no nadamas sería tonta ahora sería una tonta muy linda con lentes. Aunque cabe decir que las personas con lentes se veían muy atractivas.
Pero... Espera, espera, espera.
Wait a that moment.
El mes que viene cumplo, veinte. Que felicidad me cargaba, yupi. No la verdad no. Otro año más en los que cargo más años. Y me hago más vieja. Casi me salen canas.
— Deberíamos ir a comer. Muero de hambre, Lizzy — Me grito casi en el oído, brinque de mi lugar en la alfombra del susto.
— No me llamo Lizzy, cariño — Le di una sonrisa torcida. Regresando mi mirada a mi computadora.
— Si sacamos el derivado de Alice, suena como Lizzy, así que ahora eres Lizzy. Y vamos a comer — Musito.
Tomo las llaves que estaban en el mueble de las fotos que chismose un rato la vez pasada, superdiscreta, ya lo sé. Después me tomo del brazo y nos sacó ambos al elevador. No sin antes tomar mis tenis y algo de dinero que estaba tirado por dejar mi mochila abierta de la bolsa delantera.
Ya adentro, mi pie iba de arriba a abajo haciendo ruido para tapar el silencio incómodo que había. Se sentía la tensión. Quería salir ya. Pero el tiempo dentro del elevador se me había hecho eterno.
Estábamos en silencio.
<¿Nos besamos o que?> Mentira. Es una simple bromita.
Al fin el elevador se había abierto, caminamos hasta el estacionamiento. Nos subimos a su auto, mientras ponía música, era algo que siempre hacía y no se daba cuenta. También había notado que siempre iba tarareando una canción. Notaba cosas que él al parecer no, aunque haya pasado que ¿Un mes?
En ese momento sonaba una canción u're miné.
¿Querrá ser mi chico?
¿Y ahora que rayos pienso en eso? Dios ayúdame. Ya de pasar mucho tiempo con un chico, que en meses no lo había hecho a menos de Alan u otro de mis hermanos me estaba afectando, bastante.
<Alice recuerda a Mikhail, así que shut up>
— ¿Qué no es muy tarde para conseguir donde cenar, Hadesito? — Pestañe varias veces. Mirándolo como prestaba tanta atención a la carretera. ¿Que si me parecía atractivo? Pues sí.
— Hay un lugar cerca de aquí, vende hamburguesas — Subió las cejas de abajo a arriba mientras buscaba donde estacionarse.
Me encogí de hombros en señal de acierto.
— Listo — Hablo cuando ya había encontrado donde estacionarse.
Aparco en una calle casi a la mitad. Era un tipo casa-carro color blanco, había varias personas comiendo parados.
— ¿Aquí? ¿En serio? — Hice una mueca.
— Pues si, ¿Nunca has comido de la calle? Fuera del supermercado o del centro comercial — Negué con la cabeza.
— Pues bienvenida princesita, al mundo de un universitario, con poco presupuesto — Murmuro mientras se bajaba del auto. Fruncí el ceño. Lo alcancé trotando porque un paso mío eran casi tres de él.
— ¿No se supone que Olimpo Kaheler es de tu familia? — Pregunte.
Poniéndolos en contexto Olimpo Kaheler son una serie de casinos, hay varias sucursales, y por lo que salió en los periódicos abrirían una sucursal en New York.
Como me entere, tengo a la mejor amiga más chismosa del mundo; Rain Adams, saco el periódico de SeattleWorld, la noticia, quede demasiado sorprendida de ese dato, no sabía ni de la existencia de Olimpo Kaheler.
La sucursal más grande estaba ubicado en las vegas. Y Las vegas son peligrosas.
— Y que tiene de malo. En New York a veces no había nada abierto y había como estos y en ese entonces mi dinero era resumido a 50 dólares a la semana o un poco más — Metió sus manos a la bolsa de sus jeans.
Estábamos esperando a que nos atendieran.
Pero que raro.
— Vale.
Mi parte chismosa se preguntaba por qué el dinero en porciones demasiadas pequeñas.
Hades pidió la comida para los dos. Esperamos parados mientras nos traían el pedido. Sonó su celular que estaba en la barra de fierro donde yo tenía mis codos recargados; chismose el nombre, Mel a secas. Le dio al botón rojo. Vale ignóralo, ignóralo.
Dijeron su nombre, y fue por una bolsa donde venía lo que había pedido.
— ¿Y ahora? ¿Regresamos al carro? — Pregunte mientras él seguía caminando junto con la bolsa en la mano.
— No — Negó con palabras y la cabeza. Tenia una sonrisa
Ay no. Ya sé lo que se avecina.
— ¿Entonces? — Lo vi con cara de horror.
— ¿Ves esa banqueta o el asfalto de ahí? — Observe la dichosa banqueta y afirme con la cabeza.— Bueno ahí nos vamos a sentar.
Siguió su camino hasta la banqueta. Iba en serio. Joder.
Veremos como sale comer en la banqueta.
Toda una travesía.
Saco unas cosas raras, era un plato donde tenía una tapa completa. Me tendió una. La abrí. Se veía rico al menos. Una tremenda hamburguesa con papas. Dioses que rico.
—¿Y por qué en la banqueta a media calle? Pudimos haber ido a la banquita de un parque o a tu departamento ya fuera algo al mío—Dije.
— Hay que hacer cosas nuevas — Respondió sin dejar de comer.
Una niña de colegios caros, ropa y zapatos de marcas reconocidas y nada baratas, iba a comer en la banqueta.
Pues si Alice Miller va a comer en la baqueta donde había polvo, genial.
¿Estábamos en clase de humildad? Bueno yo, sabía que no era la persona más humilde del mundo. Pero jamás había comido en la banqueta.
¿Y si sus papás lo habían castigado? Eso explicaría el porqué sabía de estos lugares... Raros. No tendría otra explicación a mi pregunta. Pero debió ser algo grave. Porque mis papás a pesar de haber consumido cosas jamás me dejaron sin dinero. O bueno jamás comí en sitios como este porque estaba encerrada en un internado recuperándome.
Que raro era todo. Pero la comida había estado deliciosa.
¿Qué habrá pasado con Hades Kaheler años atrás?
✨
Cortito pero descubrimos cosas, en fin.
¿Opiniones?
Se acerca algo muy buenooooo.
ESTÁS LEYENDO
¿Y si él me cautiva?
Teen FictionÉl y yo solamente éramos compañeros de clase de literatura. Pero no todo sale como queremos. Y yo no tuve tanta suerte, así que no me salve de que me saliera todo al revés de como yo lo hubiera querido. Por más que yo me alejaba un paso, al destino...