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—¿Ya me dirás lo que pasó?

YoonGi gimió mientras negaba con la cabeza aún hundida entre sus brazos. Hoseok le dio una larga mirada antes de observar a Tae y Jeongguk.

—Ha estado así desde que llegó —mencionó—, ¿les dijo algo a ustedes?

Tae negó con la cabeza pasando una mano por el cabello negro y esponjoso, dando pequeñas caricias llenas de cariño, mientras trataba de descifrar fallidamente lo que pasaba por la cabeza de su amigo.

—En clases estuvo distraído y ya me preocupó.

—Um, ¿Hyuk te hizo algo? —preguntó Jeongguk, su postura tornándose rígida mientras más lo pensaba—, YoonGi, ¿te hizo algo?

—No, no.

Todos lo observaron elevar la cabeza, YoonGi suspiró con cansancio mientras pasaba ambas manos por su rostro, buscando despejar cualquier pensamiento molesto que tuvo desde el viernes.

—No fue Hyuk.

Las tres palabras parecieron alertar a sus amigos.

—¿No fue Hyuk, dices? ¿Qué te hicieron?

—No fue nada malo.

Su cuerpo se erizó al recordar las suaves caricias de labios ajenos sobre los suyos, sintió el rostro caliente y los tres observaron con incredulidad la rapidez con la que se tornaba rojo, YoonGi se avergonzó más si era posible.

—Si no fue nada malo, debió ser algo muy bueno.

Quiso decir que sí, que de hecho besar a Park JiMin había sido algo muy bueno, tan bueno que seguía sin poder creerlo.

—Algo bueno y no fue Hyuk, no lo entiendo, ¿no almorzaste con él? —preguntó Hoseok, caminando del otro lado para arreglar los nuevos productos que habían llegado.

—Técnicamente almorcé con él.

—Técnicamente —repitió Tae, elevando una ceja mientras lo observaba con la curiosidad a punto de explotar —. Por todos los cielos, solo dilo.

—JiMin estaba en el lugar.

La noticia fue un poco sorprendente para todos ellos, aún sin entender porqué era tan novedoso o cómo influía eso en el comportamiendo de su amigo.

—¿Y?

—¿Y? Es obvio que se hizo toda una bola nerviosa y roja con solo saber que estaba ahí, ¿me equivoco? —YoonGi le dio una mala mirada al dueño de la sonrisa de corazón, quien sonrió burlón sin dejar de hacer su trabajo—. ¿Me equivoco?

—Es que no solo estaba ahí —sus manos se movieron para enfatizar lo que quería decír—, su mamá vio a Hyuk y nos invitó a su mesa, yo almorcé con él.

—YoonGi, creí que habíamos superado esa fase, literalmente ya saliste con él, comes con él casi todos los días en la cafetería, ¿qué fue lo nuevo?

El pelinegro quiso exasperarse un poco, pero no lo hizo, simplemente seguía alargando lo que realmente quería decir.

—Tal vez, bueno... tal vez nos quedamos en el baño.

—¿Se quedaron conversando en el baño?

—Yo no diría que fue conversar.

Jeongguk soltó una pequeña risa, apoyándose contra el mostrador mientras observaba el sonrojado rostro, su mente abriéndose paso hacia un camino que no hubiera creído posible. Por otro lado, tanto Tae como Hoseok parecían no captar realmente lo que estaba pasando.

—No conversaron —murmuró el azabache, riendo cuando tuvo los ojos del mayor en él—, pero usaron la boca, ¿no?

YoonGi tardó solo unos segundos en entender a lo que se refería y sus orejas ardieron de lo rojas que se tornaron y cuando volvió a cubrirse el rostro por la verguenza empezó a escuchar los rápidos pasos de Hoseok acercándose y las mal pronunciadas palabras de Tae frente a él.