32. N u e v o

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No era una fractura de muñeca, pero sí un esguince de segundo grado que duraría algunos meses.

Hoseok había llamado a su madre en cuanto llegaron al hospital, ambos hablando con el médico mientras le daban pequeñas miradas preocupadas.

—Tendrá que usar la muñequera, ahora es invierno, así que tengan en cuenta que el frío puede complicar las cosas, debe estar bien abrigado y no mover la mano, mantener reposo y se recuperará más rápido, ¿entendido?

Los presentes asintieron, su madre tomando nota mental de lo que debía hacer mientras suspiraba y seguía al médico fuera de la habitación.

—¿Duele mucho? —preguntó Tae, sentado a su lado.

—Algo, es tolerable.

Junto a la puerta, Jeongguk se mantenía alejado, con su postura tímida y asustada lo observó cómo un cachorro que merecía ser regañado, con esos enormes ojos a los que YoonGi era débil.

—Lo siento, hyung —su voz apenas audible encogió su corazón.

—No fue tu culpa, en verdad me estaba escondiendo. Ven aquí.

El azabache no tardó en caminar hacia la camilla, sentándose junto a él. La mano izquierda de YoonGi pasó por su cabello tratando de calmarlo.

—Hyung, no podrás escribir.

—Es bueno que las vacaciones de fin de año estén cerca, ¿no?

Los tres asintieron ante las palabras de Hoseok, de pronto el rostro de Jeongguk volvió a tornarse amargo.

—No podremos ir a esquiar —murmuró con enfado.

YoonGi quiso lamentar eso, pero no pudo, esquiar no era de sus actividades favoritas en el invierno.

Pasaron algo de cuarenta minutos más antes de que pudieran salir del hospital con una muñequera que sería parte de su vida los siguientes meses, YoonGi podría acostumbrarse si era honesto.

Subió al auto de su madre sonriendo para calmar a sus amigos quienes querían asegurarse de que no tuviera ningún problema en una tarea tan sencilla.

—Los veo mañana.

El trío asintió y su madre volvió a agradecerles haciendo una educada reverencia antes de subir al auto junto a él y ponerse en marcha.

—¿Cómo pasó? —preguntó la mujer poco después.

—Me caí de la silla, mamá.

—¿Y luego preguntas porqué te cuido tanto?

Le dio esa mirada a la que no pudo evitar reír.

—Mamá, estoy bien, solo es un esguince.

El auto se detuvo en un semáforo y ella aprovechó para girar y aplastar su mejilla entre los dedos, tironeando lo suficientemente fuerte para que parezca un castigo, YoonGi gimió de dolor.

—Solo es un esguince dices, como si no fuera grave. Dios, Min YoonGi, vas a matarme de preocupación.

—Lo siento, tendré más cuidado.

El gesto de su madre se suavizó, siguiendo con su camino hasta su hogar.

—Por cierto, ¿qué tal te fue con JiMin el otro día?

—No salí con JiMin.

Ella lo observó con una ceja elevada.

—¿Ah no? Podría jurar que fue con él, llegaste tan rojo —YoonGi se ruborizó ante las palabras —. Ah, mi hijo es tan lindo con su primer amor.

Park effects ﻬ [ j i m s u ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora