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Capítulo 3

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⟨ N O V I E M B R E   1 9 9 3 ⟩
•U N   A Ñ O   A N T E S•

—Es un hechizo muy difícil de controlar si se está desconcentrado, por eso es muy importante decir las palabras con claridad. Un ejemplo —comenzó a decir el profesor de defensa contra las artes oscuras, Remus Lupin. Amigo de la infancia de Sirius y James y, aunque se había mantenido ausente de la infancia de Harry Potter, no había hecho lo mismo con las gemelas.

De hecho, se llenó de orgullo el día que le nombraron padrino de Alhena Daphne Black y desde ese día procuró cuidar de las niñas y velar por la seguridad de las pequeñas desde que Sirius entró en prisión. Quería que las pequeñas crecieran rodeadas de amor, el mismo que le habría mostrado a Harry si hubiese encontrado la forma de hacerlo.

Verlos por los pasillos de Hogwarts le llenaba de nostalgia por sus años de adolescente, sobretodo al ver que eran el vivo retrato de sus padres tanto en apariencia física como en el desdén por las normas. Aunque sin duda las gemelas lo llevaban más allá, sin saber diferenciar lo gracioso de lo peligroso e inconsciente cuando se trataba de hacer una broma.

Él trataba de mantenerlas a raya en sus clases y creía firmemente que lograba conseguirlo durante la primera media hora. Pero, no sabía si era por el exceso de confianza de las niñas ante él o que simplemente una figura de autoridad era algo que les encantaba burlar, finalmente las gemelas conseguían revolucionar cada una de sus clases.

El estruendo de un alumno le hizo detener su explicación y se giró para enfrentar a su clase. El chico en cuestión, un Weasley, estaba a medio atragantar mientras su tos no era más que el sonido de un elefante. Su rostro estaba rojo, y su hermano gemelo trataba de paliar aquello que le aquejaba golpeando en su espalda.

Finite —apuntó el profesor y el alumno pudo respirar de nuevo—. Señor Weasley, no quiero volver a tener que castigarle.

—No.he.sido.yo.profesor —trató de explicarse con voz ronca. Sus ojos estaban lagrimeantes y estaba tratando de quitarse la carraspera acariciándose la garganta.

—Han sido las Black —aseguró su gemelo, mirándolas con el ceño fruncido.

La clase entera se giró para observarlas, pues a diferencia de los Weasley ellas se encontraban en la primera fila. —Esa acusación está completamente fuera de lugar, profesor —aseguró Alhena fingiendo inocencia, aunque veía que trataba de esconder su varita tras la espalda.

—Así es —aseguró Adhara—. No tienen pruebas para culparnos de algo tan grave.

El licántropo suspiró y se pellizcó el puente de la nariz. Trataban de evadir las acusaciones igual que lo hacía su padre y eso, ante él, sólo lograba ponerlas en el punto de mira.

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⟨ O C T U B R E   1 9 9 4 ⟩
•P R E S E N T E•


—¿Y bien, señorita Black?

Alhena levantó la mirada. El profesor Snape estaba ante ella. Tenía ese peso lúgubre sobre él que siempre me acompañaba y su pelo grasiento se pegaba en su frente. Las gemelas ya lo conocían lo suficiente como para saber que cuando sus labios se juntaban en una fina recta y alzaba una ceja estaba a la espera de una mínima palabra para imponer castigos severos. 

Pero ellas no dirían ni una palabra. Jamás lo hicieron y no comenzarían en su sexto año.

—No lo sé profesor —respondió y le brindó una sonrisa inocente.

* Buenas o Malas Intenciones * Weasley's twins fanfic [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora