𝘽𝙪𝙨𝙘𝙤 𝙚𝙨𝙥𝙤𝙨𝙖 𝙥𝙖𝙧𝙖 𝙢𝙞 𝙝𝙞𝙟𝙤. 𝙓𝙞𝙖𝙤𝙫𝙚𝙣.♡

4. "Pesadillas" que atormentan.

—L-lo siento..!— Salió de la habitación lo más rapido que pudo, sintiendo su cara arder en un tono rojo brillante, esto debido a la escena que había acabado de prescenciar.
—Bien, supongo que volveré luego...— La cabeza del de trenzas definitivamente había quedado perturbada, sin saber bien qué hacer se quedó unos minutos ahí afuera, parado frente a la puerta con la mirada clavada en el piso.
Eso hasta que vió a un chico más bajo que el querér pasar a la oficina de Zhongli.

—Muevete, quiero ver a mi padre.— Dijo Xiao, tratando de quitar a Venti de la puerta, este por razones obvias la bloqueaba.
Se preguntaba que pasaría si viera al mayor en esas circuntancias con aquel hombre.

—P-pero amo Xiao... su padre se encuentra... ocupado ahora.— Hizo énfasis en la palabra "ocupado" como si eso fuera lo más interesante que estaba pasando en la casa.
Toda la servidumbre chusma habría dicho que sí, eso era lo más interesante.

—Qué puede ser más importante que yo?— Respondió el ojiambar, al instante Venti pensó "Wow, cuanto ego." Se nota que a Xiao le habían dado demasiado amor desde pequeño.

—Uhm, está... hablando con alguien.— "Hablando? Si claro, de que hacen cosas con la boca, hacen cosas con la boca." Pensó Venti.

El contrario quiso insistir, eso hasta que la puerta detrás del peliazul se abrió, apareciendo Zhongli por esta, se encontraba notoriamente sonrojado y alegre, porqué será?

—Xiao. Ya viniste, ven pasa.— Venti se alejó un poco, dandole paso al menor hacia la oficina de su padre. El empleado, temeroso de que fuera despedido por aquella particular interrupción, solo bajó su cabeza, esperando alguna palabra por parte de su jefe.
—Terminaste tus tareas verdad?—
El menor asintió con la cabeza, la voz de Zhongli no sonaba amenazante ni molesta, al contrario. Venti se calmó un poco al darse cuenta.
—Bien, ve a descansar, hablamos luego.— La calma no le duró mucho.

Entró a la habitación, ignorando a todas las demás personas del lugar y soltando un pesado suspiro al ver todas sus cosas encima de su cama, iba a sacar solo un poco de ropa de la maleta para cambiarse, lo demás lo acomodaría luego.
Salió del baño ya cambiado, acercandose a su cama, doblando y guardando su uniforme, pensando en todo lo que había ocurrido su primer día de trabajo.

—Oye... viste algo raro cuando fuiste a dejar tu lista de tareas?— Le habló a Scaramouche, el cual se encontraba recostado en su cama, con su pijama puesto y la luz de su telefono creando una aterradora sombra en su cara.