𝘽𝙪𝙨𝙘𝙤 𝙚𝙨𝙥𝙤𝙨𝙖 𝙥𝙖𝙧𝙖 𝙢𝙞 𝙝𝙞𝙟𝙤. 𝙓𝙞𝙖𝙤𝙫𝙚𝙣.♡

8. Un gusto.

Volví, y más perra que nunca.

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Días ya habían pasado desde la ultima vez que vimos a nuestro querido protagonista.

Su trabajo había estado más pesado de lo normal, las tareas de todos los empleados se habían duplicado, Zhongli le había advertido de este cambio a su empleado favorito, Venti, asegurandole que el cambio no duraría mucho.

Ahora mismo se encontraba despertando de su recurrente sueño.

Desde que había fallado su plan de escapar, no soñaba con otra cosa que no fuera una alocada fiesta con sus amigos.
Scaramouche no había vuelto a su habitación desde que empezó a juntarse con aquellos dos tipos, sin los ronquidos de ese enano, el peliazul lograba conciliar el sueño más rapido, y tener mejores sueños, Xiao aveces aparecía en esos sueños, lo que hacía que Venti no quisiera despertar nunca.

Estiró su espalda y se preparó para otro día de arduo trabajo. Se arregló lo mejor que pudo y se dió animos a si mismo, no sabía cuanto tiempo iba a durar esto del trabajo doble, pero lo tomaba como un pequeño castigo para el mismo por querer escapar.

Salió de su habitación en dirección a la oficina de su jefe, era el primero en despertar, eso ya que todos los empleados de la casa estaban en verdad agotados.

Tocó la puerta de la oficina, siendo atendido por aquel hombre de radiante sonrisa, sus ojeras se notaban cada vez más, él tambien se encontraba agotado.

-Buenos días jefesito...- Dijo el menor, soltando un bostezo.

Su superior se hizo a un lado para dejarlo pasar, saludandolo lo más animado que podía.
-Buenos días Venti, espero hayas descansado bien.- El empleado solo asintió como respuesta.

Ambos se sentaron en sus respectivos lugares, comenzando la misma charla de todas las mañanas.

-Bueno... sabes que hoy tendrás aún más trabajo, no?- Preguntó el mayor.
Venti volvió a asentir, claro que ya lo sabía, toda la semana había estado haciendo cada vez más y más tareas.

Eso lo llegó a hartar un poco, pero no podía enojarse con su querido jefe, se notaba que el también estaba haciendo un gran esfuerzo.
Aunque... se conformaría, aunque sea, con saber el porqué estaban arreglando tanto la casa, cosa que el mayor todavía no estaba dispuesto a revelar.

-Ya va a decirme por qué es que nos está explotando de esta forma jefesito?- Bromeó el de trenzas, claro que no los explotaba, todos recibían más paga y mejor trato dependiendo de la cantidad de trabajo que estaban dispuestos a hacer, a todos les parecía un buen trato.

Zhongli suspiró, su pequeño empleado podía llegar a ser muy curioso e insistente aveces.
-Solo digamos que... alguien muy importante vendrá a hechar un vistazo.- Dijo, aclarandose la garganta con un notorio nerviosismo.
-No te preocupes Venti, hoy sabrás bien el porqué de su arduo trabajo.

-Osea que hoy es el ultimo día que estaremos haciendo esto?- Venti se emocionó, haría lo que fuera con tal de poder volver a descansar como lo hacía antes.

-Sí, y no.- El mayor negó con la cabeza, bajando esta misma, ya no quería seguir hablando del tema.
-Lo lamento pequeño, pero tengo que mandarte a hacer tus tareas.

Venti soltó un "oww..." con clara decepción, quería saber más sobre el tema, pero su superior tenía razón, no le pagaba por chusmear.

-Está bien... tenga lindo día jefesito.- Se despidió con dulce sonrisa el de trenzas, recibiendo un agradable saludo también, eso de parte de su jefe.