7. Intento de escape.

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Con pose perezosa y la cara mal lavada, Venti comenzaba su día yendo a la oficina de sus jefes para empezar su trabajo.

Desde que nuestro protagonista había empezado a trabajar en aquella casa, no había tenido un solo día de descanso.
Empezaba a extrañar las para nada tranquilas noches de bebida con sus amigos, aquellos que, al parecer, ya se habían olvidado de el.

"Rosaria, Kaeya... más vale que cuando descanse estén esperandome con cajas llenas de vino..." Fantaseaba aquel borracho con abstinencia por culpa de su trabajo.

Tocó la puerta de la oficina, esta vez había ido a tiempo, así que tanto Zhongli como su pareja lo recibieron dentro de esta, dandole paso.

Buenos días Venti, como te va? Saludó Zhongli con la radiante sonrisa de siempre.
El de trenzas solía pensar que aquella sonrisa era la más encantadora que había visto en su vida, eso hasta que vió la de su hijo, Xiao.

Buenos días jefesito. Se sentó con confianza en uno de los sillones frente al escritorio.
Viendo como el mayor cerraba la puerta y se dirigía hacia donde estaba sentado su esposo, abrazando su cuello y tomando asiento en sus piernas.

"Tortolos." Pensó el empleado a sus adentros.
Buenos días, amo Ajax. Zhongli volteó con mirada curiosa hacia su marido al escuchar la formalidad con la que el amo de casa lo trataba.

El pelirrojo sostuvo a su esposo en su regazo y saludó con la cabeza, bajando esta algo avergonzado.

No hace falta ser tan formal, solo dile Childe.El pelinegro volvió su amistosa mirada hacia Venti, mientras acariciaba la cabeza de Ajax cariñosamente.

Pero... Quiso protestar el ahora nombrado Childe, subiendo un poco la cabeza, siendo callado por uno de los suaves besos de su marido.

Te llamará Childe. Sentenció finalmente el mayor.
Venti a este punto ya estaba ocultando su burla hacia la sumisión de aquel pelirrojo.

"Qué linda la vida de esposos que llevan", pensaba con cierta envidia oculta.

Sí, Xiansheng... Los otros dos soltaron una risita, ambos complacidos por la obediencia del de ojos azules.

Era la primera vez que Venti era testigo de la autoridad que el mayor ejercía sobre su marido, ver que Ajax pasaba de ser un irritante y mandón jefe, a un dulce y obediente esposo.
Quién lo diría.

Muy bien, aquí tienes Venti. Dijo el mayor, entregandole su lista de tareas al igual que todos los días.

El de trenzas le agradeció con una sonrisa algo desanimada y se retiró de la habitación, alejandose de las ruidosas risitas de aquella pareja.

Venti llegó a envidiar el amor y cariño que esos dos se demostraban.

Aquél amor que el tambien pudo haber tenido hace tiempo...




















Su animo bajo desapareció al entrar a aquella habitación de la que era dueña un reptil.

Ya había terminado sus tareas, pero sabía que era la hora de comida de Azdaha, y quién era quien usualmente lo alimentaba..?

Se que estás ahí. Dijo Venti divertido.
Ya había notado la presencia de Xiao hace rato, espiando los movimientos del de trenzas, sin atreverse a entrar.
Salga de ahí, pequeño amo Xiao.

𝘽𝙪𝙨𝙘𝙤 𝙚𝙨𝙥𝙤𝙨𝙖 𝙥𝙖𝙧𝙖 𝙢𝙞 𝙝𝙞𝙟𝙤. 𝙓𝙞𝙖𝙤𝙫𝙚𝙣.♡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora