𝘽𝙪𝙨𝙘𝙤 𝙚𝙨𝙥𝙤𝙨𝙖 𝙥𝙖𝙧𝙖 𝙢𝙞 𝙝𝙞𝙟𝙤. 𝙓𝙞𝙖𝙤𝙫𝙚𝙣.♡

5. Pretendientes.

AVISO: Ligera mención a temas como el maltrato y acoso colectivo.

.Alcohol

.Y exceso de ternura por parte de Xiao.

Eso es todo, disfruten!

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Tres días, días infernales, de esos el los que quieres que la tierra te trague.

Tres días desde que ocurrió el accidente con aquél "llorón" empleado.

Tres días que Venti tomaba prohibidos descansos en su trabajo para encerrarse en uno de los baños y llorar hasta no dar más.

Porqué se sentía tan mal? Se preguntaba siempre que sentía aquel familiar nudo en su garganta. El no encontrar respuesta a aquella pregunta solo dejaba más lagrimas salir.

Tres días en los que no había rastro de Xiao por toda la casa, por lo general, pensar en aquel peliverde lograba calmar la angustia de Venti, y este no sabía porqué.

"Que deje de llorar, ya está grandecito."

"Maricón, de seguro es alguna tontería."

"Tiene los ojos hichados, denuevo."

Venti estaba harto de escuchar aquellos comentarios "disimulados" por parte de sus compañeros cada vez que salía de sus tristes descansos y volvía al trabajo.
Mas le dolía cuando escuchaba la aguda voz de Scaramouche burlarse de el con los demás.

"Anda llorando por su noviesito, seguro lo extraña." Se escuchaban burlonas risas luego de eso.

El unico hijo hombre del jefe, Xiao, ahora era supuesto novio de "el llorón con trenzas."

Venti se sentía como en la secundaria otra vez, y eso le revolvía el estomago, tanto que la ultima vez que fue al baño fué para vomitar sus angustias.

—Fehling... ahora solo me quedas tu...— Nuestro protagonista se encontraba en la cocina, más especificamente, tirado en el suelo de esta.
No debieron haber dejado la pequeña bodega de vinos abierta, con tan solo echarle un vistazo al pobre chico, facilmente te darías de que estaba ebrio, deprimido y delirante.
Hablandole a Fehling, su liria.

—Estoy cansado de la gente... del mundo.— Balbuceaba debiles palabras con la cabeza baja, sus labios se los notaba hinchados, había estado mordiendolos ansiosamente devuelta.

—Estoy cansado de todo...— Entrecerró sus ojos, empezando a quedarse dormido mientras acariciaba su instrumento, vió los alrededores, abrazandose a si mismo al notar toda la soledad que lo rodeaba.

—Porqué nadie me quiere..? Nadie me desea...— El ego y la autoestima de Venti se sentían heridos, todo de el se sentía herido. Su respiración comenzó a agitarse mientras sus ojos se cristalizaban, apretandose entre sus propios brazos.
—Porqué me de dejaste..?