6. Pensamientos pecaminosos.

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Venti abrió sus ojos en grande, dandose cuenta de la tontería que había hecho.
Xiao nunca le había dicho el nombre de aquel chico, y ahora esperaba una respuesta.

Eh.. ehe..?— Y eso fué lo mejor que se le ocurrió al de trenzas, una risa nerviosa.
Quería morirse en ese momento.

—Estuviste investigandome Venti?— El nombrado se alegró bobamente de que el peliverde recordara su nombre esta vez, por otro lado... sí, había estado investigando sobre el, pero solo un poquito, aún no sabía la talla de sus zapatos, aún.

—No! Como crees, eso sería muy acosador de mi parte.— "Esque eso eres, un acosador idiota que no sabe cerrar la bocota." Pensó para el mismo.

Xiao lo miró con duda, sin creerle del todo.
Venti por su parte, no era más que un manojo de nervios con graciosa sonrisa, esto era notorio para el peliverde, el cual casi suelta una risita de su boca, quedando sonriendo.
El empleado al verlo, pensó que podría morir feliz ahí mismo, esa sonrisa era incluso más hermosa y cautivante que la de Zhongli.

Se quedaron viendo por un rato, Venti admirando la mueca adorable en la cada del menor y este, dandole gracia los nervios y notorio sonrojo de su empleado.

—Te pongo nervioso Venti?— El nombrado negó con la cabeza, viendo como aquel chico se le acercaba lentamente, llegando a acorralarlo contra una de las paredes de la habitación.
—Tus mejillas no dicen lo mismo.

La verguenza floreció entera en el cuerpo del empleado, no podía retroceder, ni tampoco podía avanzar, estaba a merced de su pequeño amo en esos instantes.
Venti con la cara roja y algo de sudor en sus cosquilleantes manos, nunca pensó ver aquella fase coqueta y dominante por parte de Xiao, teniendolo de esa forma, en un lugar donde cualquiera podría verlos si se azomara un poco, esto no le gustó... le encantó.

—Explicame como es que sabes el nombre de Aether.— Los encantos del peliverde habían dado resultado, y ahora le sacaría la información que el deseara al de trenzas.

—Scara me dijo.— Xiao no reconoció el nombre, quitó su sonrisa y ladeó la cabeza confundido, esperando una explicación.
—Uhm... uno de los empleados, bajito, pelo morado, parece una chica..?— Lo describió, tratando de que el más pequeño lo reconociera, sin exito alguno.

—Es un amigo tuyo?— Preguntó el ojiambar, Venti casi ofendido negó con la cabeza devuelta.
—Entonces qué hacían hablando sobre-..— No pudo terminar, ya que la puerta de la habitación había sido abierta.

Nada más ni nada menos que Scaramouche apareció atrás de esta, con una escoba más alta que en sus pequeñas manos, junto con una expresión de asombro y algo de verguenza en su rostro al verlos de esa forma.

Xiao no alcanzó a separarse de Venti antes de que el chismoso sacara su celular y les tomara una rapida foto, dejando la escoba en el suelo mientras salía corriendo por los pasillos, tropezando con la falda de su uniforme.

—Ese era?— Preguntó el peliverde, extrañado por la actitud del más pequeño.

Venti palideció ahí mismo.
Más vale que aquel enano no se cruzara sin compañía a su lado, porque el de trenzas ya estaba pensando que lugares golpear para lastimarlo de gravedad sin llegar a matarlo.
Un poco psicopata de su parte.

—Sí, ese era.




















Diez de la noche, hora de la cena para los empleados, aunque esta no era obligatoria.
Venti, quien no acostumbraba a comer por las noches, esta vez había asistido a la cena que normalmente se salteaba luego de su trabajo e iba a dormir.
Pero, por qué? Porque justo en el lugar frente suyo de la mesa se encontraba un enano traidor y chismoso, mirando a nuestro protagonista con una sonrisa pícara y arrogante.
Tenía que mantenerlo vigilado.

𝘽𝙪𝙨𝙘𝙤 𝙚𝙨𝙥𝙤𝙨𝙖 𝙥𝙖𝙧𝙖 𝙢𝙞 𝙝𝙞𝙟𝙤. 𝙓𝙞𝙖𝙤𝙫𝙚𝙣.♡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora