𝘽𝙪𝙨𝙘𝙤 𝙚𝙨𝙥𝙤𝙨𝙖 𝙥𝙖𝙧𝙖 𝙢𝙞 𝙝𝙞𝙟𝙤. 𝙓𝙞𝙖𝙤𝙫𝙚𝙣.♡

3. Tareas.

"Toc toc toc" Sonó en aquella oficina y un ligero "pase." De parte de Zhongli hizo entrar al de trenzas, primero azomando la cabeza por la puerta y luego, su totalidad.

—Venti, tu eres el ultimo?— El nombrado sonrió y asintió, respondiendo de manera casi informal.

—Sí jefesito.— Zhongli soltó una risita al escuchar el apodo con el que el menor lo trataba ahora. Agarró una planilla de su escritorio, entegandosela con su sonrisa de siempre.

—Estas son tus tareas de hoy.— Venti agarró y observó lo escrito en la planilla con rapidez, solo leyendolas por encima, eran cuatro tareas en total, sonriendo al ver lo pocas que eran.
—Ve tachandolas, y cuando acabes vuelves para entregar la planilla y poder irte a descansar, entendido?— El menor asintió, agradeciendole a su jefe y retirandose de aquella oficina, suspirando estiró su cuello con cuidado y leyó su primera tarea.

"Limpiar el cuarto de Azdaha." "Xiao." La imagen del ojiambar se le vino de inmediato a la cabeza, sonrojandose ligeramente y confundiendose por esto mismo, no solía sonrojarse al pensar en alguien, o almenos, no desde hace un buen tiempo.

La puerta se encontraba cerrada, pero no con llave, así que entró con cuidado admirando como lucía la habitación ya acomodada y decorada, jarrones, decoraciones y una especie de altar que conducía hacia el tanque del dueño de la habitación, el cual era un reptil, Venti sintió una ligera envidia.

—Como desearía ser tu.— Le habló, como si la criatura fuera a responder.

Consigo llevaba una canasta con trapos, un plumero y demás articulos de limpieza sacó de estos comenzando a retirar el polvo y suciedad del tanque de Azdaha.
No tenía musica, pero aún así tarareaba y se movía escuchando a su corazón cantar, eso hasta que escuchó la puerta abrirse tras de si, sonrojandose leve al voltearse y aún sin saber porqué.

—Oh, hola Xiao.— Saludó el de trenzas, recibiendo una mirada de arriba a abajo por parte del nombrado.

—Te queda lindo.— Venti ladeó la cabeza debido a las palabras de Xiao, haciendo un sonido de confusión mientras veía como aquel chico se le acercaba, notando la pequeña diferencia de altura entre ambos, Venti siendo más alto, esto le causó ternura.
—El uniforme que te hizo mi padre, te queda lindo.—

—Oh, gracias.— El rubor en las mejillas de Venti se hizo notorio y abrió sus ojos en grande al sentir las manos del menor agarrar un poco más arriba de sus caderas.

—Resalta tu cintura, aunque deberías apretarlo un poco más.— Xiao movió con firmeza sus manos queriendo voltear al contrario, cosa que logró.
—La curvatura en tu espalda también, muy bella.— Repasó su columna con su dedo indice desde su espalda baja hasta la escápula, haciendo temblar a Venti con ligereza.