Los niños de la clase Cecile observaban sus bancos, perplejos.
Adjunta a una flor normal estaba una frase motivadora, dirigida a cada uno de los niños. Muchos alegaron la necesidad de dirigirse al lavabo, otros arrugaron la nota para demostrar su desprecio, pero la guardaban cuidadosamente en sus bolsillos, no faltaron los que lloraron al leer.
Las flores eran cuidadosamente guardadas por cada uno. Y los mensajes fueron guardados, porque era lo que ellos deseaban escuchar hace bastante tiempo.
Becky frotó sus ojos para evitar llorar ante la pequeña nota transcrita por una máquina de escribir. Vio como Anya observaba su nota con una leve sonrisa ladeada y un brillo triunfante.
- Puedo ver lo que te escribieron, Anya? – inquiere Becky intentando leer, Anya se ataja de la nota y la guarda en su bolsillo – Moo, ¿Por qué no puedo?
- Porque es un secreto – suelta ella antes de tomar su flor, y guardarla en su bolsillo. Quitándose la tierra que se encuentra en sus uñas.
- Quisiera saber quien hizo esto. Es raro, ¿no lo crees?
Anya asintió al cuestionamiento mientras reía por dentro. Ella era una esper, eran extraños y prácticamente inexistentes los secretos que permanecían cerrados para ella.
.
- Maldita sea, esa tipa va a llegar tarde a la reunión de los Imperiales... ¡Otra vez! – farfulló Damian molesto y fastidiado por la ausencia de su compañera.
Le habían encargado encarecidamente, velar por la asistencia puntual de su compañera de clase. Que a pesar de formar parte del selecto grupo de la élite escolar, permanecía con sus rasgos infantiles intactos, y malas costumbres, como comer manís en el momento de debatir cierto asunto del colegio, llegar tarde todo el tiempo, y ni que decir, dormirse en el discurso de uno de los superiores de grados más altos.
La niñera designada era el correcto Desmond, el cual formaba parte del pequeño grupo de personas a las que Anya respetaba.
Si fuera Anya Forger, ¿A dónde iría?
Los lugares de aglomeración, descartados.
¿Deporte?, tachado, ella solo se dedicaba a ello los jueves y los viernes.
Jardines, era probable pero ya lo había verificado.
Clase, obviamente no pero... claro, horas fuera de clase aprovechaba el recinto para comer o dormir sin peligro de que un profesor la amonestara.
Con paso decidido se acercó a la puerta, abriendo de golpe.
- Forger!
Sus brazos cayeron a sus costados. Delante de él se encontraba Anya, y no se encontraba durmiendo o comiendo en su defecto. Estaba alisando listones con una flor y una tira de papel.
Una tira de papel que habían recibido por mucho tiempo, en la que encontraba de ser necesario, palabras que alentaban, palabras que llegaban a motivar.
Palabras que siempre había deseado escuchar pero nunca nadie se había detenido a pronunciarlas hasta el momento en que, anualmente, la casa Cecile recibía aquellas notas.
Cuya autora estaba en frente suyo, y no podía creer que otra persona las escribiera ya que detrás de ella, en el pupitre que a la pelirosada le correspondía se encontraba una máquina de escribir, unas tijeras y retazos sobrantes de las tiras.
- ¿Cómo sabes todo eso?
Anya seguía pálida.
- No se lo digas a nadie – suplicó débilmente.
- ¿Cómo rayos sabes que decir? – preguntó de nuevo - ¿Por qué rayos entregas esas notas a toda la clase? ¡Existen personas que te desprecian! ¡Yo incluido!
- Eso no es cierto – se defiende antes de soltar las flores - ¡Eso sí que es una mentira, Segundo! Siempre te contradices, ellos mienten a los demás... ¡Pero tú no te cansas de mentirte a ti mismo!
Todo había iniciado viernes, día en el que Anya observó como sus compañeros presumían de sus regalos recibidos después de las notas.
Por las notas más corrientes los niños recibían sus caprichos, incluidos casos de regalos con costos astronómicos. Anya había escuchado toda la mañana los comentarios de su mejor amiga sobre su nueva muñeca con vestidos de seda de colección, pero en sus pensamientos de Becky reinaba el cuestionamiento y tal vez reproche, de la ausencia de su padre por negocios. Lo que la pelinegra había deseado era algo tan simple como un abrazo de ambos progenitores y un "lo hiciste bien".
Y ese era un deseo que la mayoría de su clase, compartían.
A menudo Anya no congeniaba con ellos por sus ideas tan superficiales, incluido el hecho mayor de que a ella la despreciaban por el mero hecho de que su familia no tenía ingresos como las suyas. Pero existían ocasiones en las que la esper podía sentir emociones... de lo que eran, unos niños con padres que suplían el tiempo y amor prodigados por chucherías costosas.
Una gran parte de ellos entregarían sus juguetes por un día "normal" como los que Anya tenía. Una gran parte de los pensamientos que escuchaba al ser recogida del autobús escolar por su padre o madre eran de envidia.
Un regalo sincero seleccionado por sus padres.
Lo pensó, creyó que sería buena idea levantarles un poco el ánimo dándoles esas palabras de ánimo. Su padre y su madre se encargaban de que ella no sintiera esa necesidad, pero al lado de sus compañeros eso era ignorado.
Lo tomó tiempo, pero lo logró. Para no levantar sospechas, se dio un mensaje a sí misma.
- ¿Por qué lo hiciste?
- Porque quería animarlos.
Damian parpadeó.
Ese día no irían a la reunión de los Imperiales, ya se encargaría él de poner una excusa razonable ante su ausencia.
Porque no todos los días descubres que la persona que ha estado enviando palabras de apoyo era justamente la chica que le atraía.
No todos los días descubres que una compañera "normal" de clases lee mentes.
Y no todos los días tienes que justificar haberle robado un beso a dicha persona.
Persona que sabía sus secretos, persona que lo había animado a pesar de que él no se comportara amable con ella. Y que al parecer le correspondía.
.
.
.
Dianemi Note.
¡Volví!
Bueno esta es una revelación de secretos en cierto modo, con una conclusión dulce.
Las personas que me leen de otras historias, conocen que tiendo a tener un balance, de cosas dulces también escribo la misma cantidad de tragedias... ¿Supongo?
¡Bueno, este día está dividido en dos! Flores y le sigue... ¡Pets!
¡Mañana!
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Contrariamente iguales|Damianya week 2022
FanfictionDe alguna forma sus caminos estaban destinados a chocar una y otra vez. . . . • Damianya week 2022, organizada por loubuggins en Instagram y Discord. • Los personajes no son míos, SpyxFamiy le pertenece a Tatsuya Endō • Las imágenes son mías.