Hermione Granger y Severus Snape tienen una creciente amistad de posguerra que se ve interrumpida por las circunstancias. ¿Cómo actuarán una vez que profesor y alumno vuelvan a serlo? ¿Podrán arreglárselas o Severus tomará el asunto en sus manos par...
La discusión de la mañana alegró mucho a Hermione, pero no impidió que volviera a cansarse rápidamente.
A Severus se le hizo evidente rápidamente lo agotada que había quedado cuando empezó a dormitar mientras él discutía con Minerva junto a la puerta. Volvió y supo que ella necesitaba tomarse un descanso ya. "Tienes que descansar", le dijo.
Sin embargo, Hermione no quería tomarse un descanso, y la idea de que lo necesitaba la molestaba, independientemente de que estaba teniendo serios problemas para mantener los ojos abiertos. La enfermera le había dicho que mientras las pociones terminaban su trabajo ella tendría ataques de somnolencia, pero también era frustrante. "Quiero estar despierta para empezar a hacer cosas... pasar más tiempo contigo, Severus", le dijo, evidentemente irritada.
Severus sin embargo, vio más que eso. "Volveré a la una y organizaré nuestro almuerzo", le dijo, seguro de que su irritación por descansar no era su único problema. "Tengo que ponerme al día con la elaboración de las pociones".
Se volvió más suspicaz cuando ella dijo entonces: "¿No podría ayudar?" y Severus se obligó a permanecer impasible mientras ella añadía: "Podría sentarme a mirar... ¿por favor Severus?"
Él se movió para envolverla en un abrazo, pero dijo: "No, creo que es mejor que descanses un par de horas", y fue mientras decía esto que vio un destello de algo pasar por sus ojos. Era miedo, ella estaba asustada y él se dio cuenta de que acababa de recuperar la conciencia después de ser atacada, así que trató de tranquilizarla. "Estás a salvo, sabes, bien protegida, estos aposentos están protegidos con mucha seguridad". Levantó una mano y le acarició la mejilla. "Son mis protecciones, Hermione, y nadie que no considere adecuado podrá atravesarlas", le dijo.
"¿De verdad?" Hermione sonrió con cansancio.
"Sí, de verdad, mi pequeña sabelotodo. Así que duerme con seguridad".
Hermione se sintió invadida por la emoción, y aunque le hubiera encantado besarlo como es debido, se contentó con acercarse y depositar un suave beso en su mejilla. Era lo único para lo que tenía valor en ese momento, después de todo, sólo eran amigos todavía. "Gracias, Severus", susurró y le devolvió el abrazo, dando un suspiro de alivio cuando sintió que sus brazos se estrechaban en respuesta. "Entonces esperaré con ansias tu regreso, sólo entra cuando estés lista".
"Bien", dijo él, y soltándola la hizo girar suavemente, empujándola en dirección a su dormitorio. No tenía intención de mimarla, pero sí quería que se sintiera segura, y ella lo haría, si le daba tiempo. Así que ignoró su labio firmemente encajado entre los dientes y siguió empujándola hacia su cama, incluso cuando su cerebro le gritaba que se quedara con ella. Sin embargo, su férrea voluntad de asegurarse de hacer lo correcto se impuso y se aseguró de que ella estuviera cómoda y comenzó a alejarse. Se sintió satisfecho al ver que sus ojos se habían cerrado y que su respiración empezaba a calmarse incluso antes de que él saliera de la habitación.
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