𝐸𝑙 𝑑𝑒𝑠𝑒𝑜 𝑑𝑒𝑙 𝑐𝑜𝑟𝑎𝑧𝑜́𝑛 | 𝑆𝑒𝑣𝑚𝑖𝑜𝑛𝑒

1. Un nuevo comienzo◽️

Hermione Granger se acercó con cierta inquietud a la casa de su vecina cuando encontró la casa suburbana de sus padres aparentemente aún abandonada. Las protecciones que había levantado a su alrededor antes de acompañarlos sanos y salvos a Heathrow seguían intactas. Al parecer, no habían vuelto a casa.

La conmoción la había hecho quedarse quieta en la puerta de entrada durante lo que le pareció una eternidad decidiendo cómo enfocar esto. Seguramente había una explicación lógica para ello, debían de estar retenidos, o tal vez habían decidido quedarse más tiempo. En cualquier caso, con una sensación de miedo en el estómago y el corazón golpeando contra las costillas, llamó a la puerta de la casa de al lado para ver si podía averiguar algo más. Cuando se abrió dijo, con una voz que no parecía ser la suya: "Siento molestarla, señora Logan, pero ¿ha visto a mis padres, debían volver la semana pasada?".

La señora Logan siempre se había mantenido al margen, no era una vecina amigable, pero nunca había sido hostil, y los Peabody del otro lado no habían estado en casa. Sin embargo, mientras esperaba que su vecina hablara, a Hermione se le hizo rápidamente evidente que la mujer de la puerta no la reconocía, así que aclaró. "Soy yo, Hermione Granger. Me preguntaba si sabe dónde puedo encontrar a mis padres".

La anciana, muy correcta, olfateó y sus ojos recorrieron la figura de Hermione de arriba a abajo, evidentemente, asimilando los cambios desde la última vez que había visto a la joven. "Ya has tardado bastante en volver a casa", se burló finalmente. "¿No te informaron las autoridades?".

"¿Informarme de qué, señora Logan?" preguntó Hermione, con la voz temblorosa. "He estado fuera... de viaje".

Se podría decir que "viajando" como explicación de su ausencia. En cierto sentido había estado viajando, sólo que no al extranjero, sino aquí en Inglaterra, y sí supuso que estaba irreconocible. No había visto a esta mujer desde que tenía catorce años, y ahora era una mujer adulta de casi veinte.

"Espere aquí", le ordenó la mujer mayor de forma escueta, y cerrando la puerta se retiró al interior de su casa. Al cabo de unos minutos regresó con un periódico. "Toma", dijo, "esto lo explicará todo", y volvió a cerrar la puerta.

Los ojos de Hermione se abrieron de par en par, horrorizada, al leer el titular; de todas las cosas que pensaba, ésta era la peor. Volvió a pasearse por el camino de enfrente en estado de shock. "Los dentistas locales Richard y Jean Granger mueren en un accidente de avión en el interior de Australia", decía. La fecha era de hace unos dos meses, de hecho el día después de que ella finalmente se pusiera en contacto con ellos.

Caminando de vuelta al lugar oculto que usaba como punto de aparición Hermione estaba en una especie de trance, ¿cómo podía haber pasado esto? Los tres habían discutido sobre la guerra y sus consecuencias para todos ellos, y sus padres habían decidido que se tomarían una licencia prolongada; de todos modos siempre habían estado planeando una aventura en algún momento, pero ¿cómo podían estar muertos?

Esto era lo último que recordaba hasta que sintió que la magia la inundaba y escuchó una cacofonía de sonidos en sus inmediaciones. Entonces, tras un momento de total anarquía, los tonos plateados de Severus Snape llegaron a sus oídos. "¿Señorita Granger?... Señorita Granger, ¿se encuentra bien?".

Hermione consiguió enfocar los ojos. "¿Señor?", murmuró, totalmente confundida. "¿Qué? ¿Dónde estoy?" Fue en ese momento cuando se dio cuenta de que los confusos sonidos que podía escuchar eran el resultado de un Encantamiento antiintrusos bastante avanzado.

Severus pudo ver que la joven estaba muy angustiada y, al parecer, completamente desorientada, levantó su varita para silenciar la alarma y dijo: "Señorita Granger, está usted en Hogwarts, de hecho parece que se ha pasado de la raya y ha conseguido traspasar las barreras preliminares que se han levantado para llegar hasta aquí. Le importaría explicar ¿por qué?".