2. Ser amigos a pesar de todo◽️

817 82 12
                                    

A medida que el curso se ponía en marcha, además de todo lo que Hermione tenía que hacer, no tardó en que Ron se mostrara contrario a sus hábitos de estudio. "Caramba, 'Mione, esto es jodidamente aburrido", se quejó.

"Tal vez para ti, Ron, pero sabes que siempre dedico este tiempo a mis trabajos escolares; son muy importantes para mí", explicó ella, pacientemente, sin dejar la pluma.

"Sí, para ti, pero ¿qué tal para nosotros?", se quejó él.

"Ahora estamos juntos, ¿no?".

"Pero en la maldita biblioteca", siseó él, irritado. "Ya sabes lo que quiero decir con juntos", y le enarcó las cejas.

Ahora Hermione había estado tratando de olvidar su vida sexual, era simplemente desordenada y, bueno, no sabía muy bien qué, pero estaba segura de que el sexo debía ser maravilloso. Ginny estaba llena de historias sobre cómo Harry la complacía y qué semental era. Hermione no encontraba placer en el manoseo de Ron y su técnica era... bueno rápida y dolorosa incluso cuando le pedía que se tomara las cosas con calma.

Hermione miró a Ron con dureza. "Entonces aprovecha el tiempo para hacer los deberes", sugirió irritada. No tenía paciencia para su petulancia esta noche tenía mucho trabajo que hacer, de hecho en estos momentos estaba muy por encima de su actitud por completo.

Sin embargo, para no dejarse amilanar, su respuesta fue agarrar la mano de ella y frotarla sobre su polla ya semidura. "Prefiero que lo hagas tú", respondió con un ronco gemido.

Esto sólo la hizo saltar. "¡Ron!", exclamó ella en un susurro de pánico. "Deja de hacer eso, alguien va a ver", y le arrebató la mano, sus ojos recorriendo la biblioteca.

"Eres un maldita mojigata", resopló y recogiendo sus cosas se marchó furioso.

Hermione se quedó boquiabierta, lo que acababa de pasar. Sabía que ella era una persona reservada, creía firmemente que la intimidad que ocurría entre una pareja debía ocurrir en privado. También sabía lo mucho que significaba para ella esa oportunidad de terminar sus estudios, así que por qué estaba siendo tan desagradable al respecto.

A partir de ese momento él no acudió a la biblioteca con ella, y Hermione no encontró en sí misma el modo de molestarse por ello, al contrario, se sintió aliviada, consiguió hacer su trabajo y ahora estaba de nuevo por delante de todos.

La única vez que veía a Ron ahora era cuando quería ayuda -es decir, que ella hiciera- sus deberes. Apenas era la segunda semana de curso cuando empezó a regañarla por tener demasiados entrenamientos de Quidditch y no tener tiempo suficiente para hacerlo todo.

Hermione se había negado rotundamente. "No Ron, no voy a completar tus tareas, ¿cómo vas a aprender si no lo haces tú?".

Su respuesta fue casi cómica, porque hinchó el pecho y dijo: "No necesito aprender, voy a ser portero de Inglaterra", y chocó los cinco con varios miembros del equipo de quidditch.

Hermione se limitó a fulminarlo con la mirada, se estaba comportando de forma totalmente infantil, y giró sobre sus talones y se marchó sin contestar. Sin embargo, cuando ya se había marchado, oyó a Ron decirle a Seamus: "¿Ves?", no tenía que volver por eso, y se puso a dar una marcha furiosa por el castillo para desahogar su exceso de ira.

Su diatriba terminó cuando se encontró cara a cara con un enorme espejo. Miró hacia arriba y hacia abajo en el pasillo para comprobar su posición. Sí, estoy donde creía que debía estar, pero no recuerdo que hubiera un espejo aquí, pensó mientras miraba su cara todavía fruncida en él.

Sin que Hermione lo supiera, Severus la había visto alejarse enfadada de la torre de Gryffindor, murmurando en voz baja, y había sentido curiosidad por saber qué había pasado. Le dio no poca alegría pensar que Weasley podría haberse metido aún más en sus libros malos, y desde entonces la había estado siguiendo, escuchando el torrente de insultos que salía de su boca mientras caminaba.

𝐸𝑙 𝑑𝑒𝑠𝑒𝑜 𝑑𝑒𝑙 𝑐𝑜𝑟𝑎𝑧𝑜́𝑛 | 𝑆𝑒𝑣𝑚𝑖𝑜𝑛𝑒Donde viven las historias. Descúbrelo ahora