𝙈𝙮 𝘾𝙧𝙪𝙨𝙝'𝙨 𝙁𝙧𝙞𝙚𝙣𝙙 🦋 𝙝𝙮𝙪𝙣𝙝𝙤

⌜Capítulo 14⌟

[Hyunjin]

—¿Cuándo dejarás en paz a mi amigo? — no pude evitar preguntarle mientras lo seguía de cerca.

—Nunca— respondió sin siquiera mirarme.

—Él ya está enamorado de... — Minho se detuvo abruptamente, se giró hacía a mí y me dio un empujón.

—Ese no es tu problema, así que, deja de entrometerte— me exigió.

—No...

—Hyunjin, deja de impedir que yo me acerque a tu amigo— me interrumpió —Él me gusta y nada va a cambiar eso— aseguró.

—¿No te importa si quiera un poco que él ya tenga un chico que le gusta?

—No.

—Mierda, sé un poco más consiente.

Minho dirigió su indiferente mirada hacía a mí y no pude evitar recordar su rostro envuelto en completa satisfacción mientras lo hacía mío. Es bastante inevitable olvidar todo lo que viví por primera vez con él durante nuestro encuentro casual que evidentemente no debería tener importancia alguna.

—Eres el mejor amigo de Félix, ¿cierto? — su pregunta me trajo al presente y lo único que pude hacer, fue asentir con la cabeza a modo de respuesta puesto que me he quedado mudo. —En ese caso, dime algo que le guste demasiado a él.

—¿Por qué?

—Le quiero comprar un regalo.

—¿Crees que te ayudaré? — me reí.

—Claro que lo harás— dijo con tono serio.

—No...

—Entonces... ¿quieres que les cuente a todos sobre nuestro encuentro? — me interrumpió.

—Eso es jugar sucio— me quejé.

Minho sonrió abiertamente y no pude evitar admirar su sonrisa que parece bastante única.

—Haré lo que sea necesario con tal de obtener lo que quiero— dijo con tono serio. —Así que, ¿me ayudarás?

No creo que afecte demasiado a Félix el hecho de que Minho le regale algo en su cumpleaños, ¿cierto?

—Bien, pero solo para que no digas nada sobre lo sucedido entre nosotros.

—Como si no lo hubieras disfrutado— murmuró Minho antes de subirse a mi auto.

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Entramos a una de las tiendas más costosas de la plaza comercial y Minho fue directamente a los perfumes.

—Félix huele de maravilla por lo que le daré un perfume...

Solté una risa envuelta de burla y esto provocó que Minho me mirara con una expresión bastante seria.

—¿De qué te ríes, estúpido?

—¿Yo? No me reí.

—Claro que sí.

—Claro que no.

—No estoy para juegos— dijo con tono serio.

—Y yo no estoy para estupideces, sin embargo, aquí me encuentro— contraataqué.

Minho chasqueó la lengua y después dijo—: Dime el olor que más le gusta a Félix.

—El de Chan, el chico que le gusta— respondí.

—Te voy a patear— sentenció.

—¿Y qué estás esperando para hacerlo?