-1- CAMBIOS

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Era un día como cualquier otro en la vida de Kagura. Han pasado unos años de aquellos grises días en que Edo y la Tierra casi fueron destruidos, por la enorme fuerza de las fuentes de Altana en la lucha contra Utsuro. Gracias a la lucha incansable de los queridos miembros de la Yorozuya y sus amigos, conocidos y compañeros, la tranquilidad hoy reinaba.

Una vida ajetreada y activa se desarrolla ahora en el concurrido Kabuki-cho, de calles llenas de gente ocupada, concentrada en sus asuntos.
La gran y autoproclamada Reina de Kabuki-cho, Kagura de la Yorozuya de Gin-San, se dirige desde la casa y Dojo de la familia Shimura hacia su trabajo.

Hace unos meses, Otae invitó a Kagura a vivir con ella. Ella creía que una chica tan joven y saliendo de su adolescencia, necesitaba empezar a tener el toque femenino en su vida.
Aunque a la pelirroja no le molestaba compartir casa con Gintoki, tuvo que aceptar que necesitaba tener más espacio para ella.

Ese armario ya le quedaba pequeño y quería tener un poco más de privacidad.

A veces en sus ratos libres, solía entrenar con Shinpachi en el dojo. Empezó a interesarle algunas enseñanzas de los samurais y pensó que les serían útiles en batalla en caso de necesitarlo, nunca se sabe. De paso, era una buena forma de matar el tiempo.

Además de tratar de influir un poco más en Kagura, Otae estaba emocionada por poder compartir con otra chica en casa. Para la joven que recorría las calles vestida con un Cheongsam rojo y un ornamento en su cabeza, no fue difícil adaptarse.

Aunque extrañaba al tonto peliplata, igual solían verse casi siempre en su trabajo. Durante todo este tiempo luego del combate y dificultades, han pasado muchas cosas. Además de su mudanza, una de ellas es que ya no hay un shogun que gobierne el territorio en Edo.

Ahora la princesa Soyo ha tomado el lugar de poder en el gobierno de todo el país, con la ayuda, consejería y protección de Matsudaira Katakuriko. También contaba con Imai Nobume del Mimawarigumi como parte del cuerpo de seguridad de Soyo y el Shinsengumi resguardando aún la seguridad de las calles de Edo, como la Fuerza de Policía Militar especializada.

Por otro lado, Gintoki y Shinpachi seguían siendo los mismos idiotas de siempre. El adicto a la leche de fresa y el Otaku obsesionado con la idol Otsu. Tontos sí, pero siempre dispuestos a hacer cualquier trabajo y ayudar al que lo necesitara.

Con el viento jugando con su vestido y su largo cabello, Kagura disfrutaba el tranquilo paseo de la mañana. Admiraba la reconstruida ciudad, que poco a poco fue recuperando su anterior esplendor.

Ahora que es mayor suele robarse muchas miradas, cada vez que se pasea imponente como digna reina de Kabuki-cho. Algunos no podían creer como esa niña bulliciosa, menuda y con su típico e inusual 'Aru', había crecido para convertirse en tan hermosa mujer; además de bella, fuerte como ninguna otra, digna representante del clan Yato en la Tierra.

Siempre ha estado orgullosa de lo mucho que se parece a su madre Kouka físicamente y ahora mucho más madura, siente que es su manera de honrar y recordar a su madre al tratar de actuar como ella le enseñó. Siempre admiró a su mamá y todo lo que hizo por amar a su familia, aunque sólo la haya tenido por pocos años.

Sadaharu! ¿Cómo estás? ¿Me extrañaste?- Saludó Kagura a su fiel compañero.

Un frenético Sadaharu movía emocionado su cola, saludando a su dueña en la entrada de la Yorozuya. El enorme perro blanco vivía aún allí, pero en ocasiones Kagura lo llevaba con ella.

Yorozuya-Shinsengumi 🏵️(Hiji-Kagu) 🏵️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora