-11- VERANO

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El mes de febrero casi terminaba, augurando también el fin del frio invierno. Las semanas se hacían cada vez mas lentas en la vida de Kagura, los días habían perdido un toque de diversión y ahora se sorprendía a veces recordando con nostalgia. De vez en cuando, una lágrima escapaba de sus ojos.

Durante este tiempo la joven Yato había luchado contra lo que sentía, tratando que los demás no se dieran cuenta de su tristeza. Aunque era una tarea difícil, ya que a diario estaba acompañada por Gintoki y Shinpachi durante sus horas de trabajo.

Sin ella percatarse, el par de hombres sabía que algo pasaba con ella, mas no habían querido tocar el tema o no sabían como hacerlo correctamente.

De lo único que Gintoki estaba al tanto, es que la chica actuaba así desde aquella vez en el templo. De seguro algo pasó entre ella y Hijikata, pero al ver que la supuesta "relación " incipiente de estos no había crecido más alla de esa conexión, decidió ignorarlo.
Él sabía que en cualquier momento al igual que todo ser humano, Kagura  experimentaría el conocido 'Primer amor' y la decepción que la mayoría del tiempo lo acompaña.

Sin embargo, verla así le dolía al peliplata, si pudiera evitarle tales sentimientos haría cualquier cosa.

También pudo notar que el amigo Natsu se había vuelto un poco más insistente en su intento de cortejarla, percibiendo en varias ocasiones como la incomodaba o ella trataba de evitarlo sin que se diera cuenta.

A veces la visitaba en la Yorozuya, otras veces insistía en llevarla a su casa. El samurai sabía más que cualquiera, que Kagura no se dejaría amedrentar por él ni por nadie, mucho menos por un mocoso con las hormonas revueltas. El único daño que quería evitarle era a su corazón.

Él sabía más que nadie que ese tipo de heridas jamás terminan de curarse, por más que cierren el pequeño aguijonazo doloroso haría presencia cuando menos uno se lo esperara. Kagura era una chica fuerte, mas era vulnerable en lo que a los temas del corazón se refiere, al ser la primera vez que experimentaba eso.

En algunas ocasiones Gintoki se maldecía a sí mismo por tan sólo pensar, que hubiese preferido mil veces a Hijikata al lado de Kagura que a Natsu.

Aunque le costara admitirlo, sabía que el vicecomandante había sido respetuoso con ella. No sólo en su manera de acercársele, también con su amistad durante su estadía en el Shinsengumi

En algunas ocasiones Kagura le había comentado algunos de los acontecimientos en el lugar. Gintoki sólo se concentraba atentamente en sus historias, tratando de dilucidar más sobre su acercamiento hacia Hijikata.

Por su parte, Kagura se encontraba un poco más animada al acercarse el matrimonio de Otae y Kondo. Durante esos días de marzo, mientras ayudaba a su amiga y casi hermana, no podía sino alegrarse por ella.

Sabía que esos dos serían muy felices y no podía esperar para verlo. Ella siempre había recibido el apoyo incondicional de Otae, por lo que sentía que lo correcto era ahora hacer lo mismo. Además, le ayudaba a no acongojarse pensando en aquel día en el templo y la conversación con Hijikata.

Era un hermoso día de marzo de inicios de primavera, cuando el momento tan esperado había llegado para la pareja. Luego de la exhaustiva preparacion inherente a este tipo de evento, ahora podían disfrutar.

- Anego, te ves hermosa. - Comentó alegre la Yato, mientras admiraba la radiante blancura del Shiramuko. Al igual que la ceremonia, la vestimenta estaría marcada por la tradición. 

- Gracias, Kagura-chan. Estoy tan nerviosa. Espero no tropezarme y haga caer mi wataboshi o algo así. - Mencionó la novia ruborizada.

Yorozuya-Shinsengumi 🏵️(Hiji-Kagu) 🏵️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora