-9- ESCAPE

51 4 3
                                    

El frío ambiente de la habitación esa mañana, se imbuía sin permiso en el cuerpo inconsciente de la chica, provocando una repentina corriente de escalofríos por su cuerpo.
Tal sensación irrumpió el letargo del sueño, haciendo que un par de ojos azules se abrieran poco a poco.
Cuando por fin pudo enfocar su mirada, sólo observó atenta sus alrededores. En ese momento se encontraba en una habitación blanca, con algunos artefactos médicos a su alrededor.

El monitor cardíaco mostraba una frecuencia estable en sus constantes vitales. Mientras, trataba de llevar su mano a su rostro y veía una vía intravenosa colocada en su brazo derecho, en tanto el medicamento bajaba gota a gota hacia su torrente sanguíneo.

El olor a productos médicos y la limpia atmósfera le provocaba una sensación extraña.

A pesar de la resistencia de Kagura, más de una vez sufrió una que otra herida de importancia, incluyendo las recibidas en su último enfrentamiento.
No las consideraba como heridas graves, pero ese corte en su hombro fue más profundo de lo imaginado y la pérdida de sangre le pasó factura.

Eso era un recordatorio de que era fuerte, más no inmortal. Ahora que despertó se sentía en mejor condición. Ya el dolor era casi inexistente, no se sentía tan débil o mareada.
En su mente, trató de esforzarse en recordar los últimos eventos antes de derrumbarse. Lo único que recuerda es ver a Hijikata, mientras era atendido por los rescatistas. Ante esto no pudo evitar preocuparse y preguntarse qué había pasado con él.

¿Se habrá recuperado? ¿Cuánto tiempo había pasado desde eso? Miraba hacia los lados y aún no veía a nadie conocido con ella. De pronto, el sonido de la puerta abriéndose la sorprendió.

- ¿Megane? - Dijo Kagura en voz baja.

- Kagura chan. Qué bueno, ya despertaste.
Gin-san, ven Kagura-chan despertó. - Gritó el joven Shimura con alegría.

- ¡¿Qué?! - preguntó efusivo el peliplata.

Tan pronto dijo esto, un ansioso Gintoki se asomó por la puerta y detrás de él una enfermera.

- Oigan, están en un hospital. Dejen el escándalo, tengan consideración con los pacientes.

- Hai, Hai. Kagura ¿cómo te sientes? - preguntó el mayor.

- Gin-chan. - sonrió la Yato. - Me siento mucho mejor, la verdad. Creo que sólo tengo un poco de molestia en mi hombro y mi mano.

- Bien, eso me alegra. Nos diste un susto cuando nos llamaron esa noche. Creí que esos ladrones de impuestos te cuidarían mejor.

- Oi, yo puedo cuidarme sola. Sólo son gajes del oficio. Además, eso es común en cualquier pelea.
Y no fue culpa de nadie, no los llames así. Todos hicimos lo que nos correspondía. ¿De verdad me crees una inútil?

- Pues te descuidaste. El médico nos dijo anteayer que sólo tenías dos heridas considerables y que habías perdido mucha sangre. ¿Cómo pasó eso?

- ¿Dormí por casi 2 días? Vaya...
Bueno, todo fue peleando con el último tipo. Era un samurai fuerte.

Primero se había enfrentado con Hijikata, pero él se veía herido y cansado cuando lo alcancé, aunque logró herir en una pierna a ese idiota.
Me protegí y a él de unos disparos, cuando me percaté ese hombre se levantó y clavó su espada en mi hombro.
La herida de la mano fue por sujetar el filo, así Hijikata pudo terminar de matarlo.

Kagura había explicado además, todos los eventos desde la explosión y cómo lograron salvar a Soyo y a muchas personas más.

- Por cierto, Gin-chan ¿Qué pasó con Hijikata? Lo único que recuerdo es que lo estaban atendiendo. Tenía una herida grande en su pecho.

Yorozuya-Shinsengumi 🏵️(Hiji-Kagu) 🏵️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora