TREINTA Y NUEVE

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—¡Hyung! ¡Te a-mo!—ya era tarde, Hwang ya se había ido

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—¡Hyung! ¡Te a-mo!—ya era tarde, Hwang ya se había ido.

Jeongin hizo un puchero y sintió sus ojitos cristalizarse.

Tenía un mal presentimiento.

Sin querer preocuparse mucho, terminó de prepararse un sandwich.

Tomó una cajita de leche de chocolate y se dirigió a la habitación.

Luego de pensarlo mucho, ambos habían decidido que vivirían en el departamento del mayor, y que adaptarían la habitación sobrante para las pequeñas.

Sonrió y acarició su vientre, sintiendo como su piel se levantaba tantito debido a los movimientos de sus niñas.

Terminó con su improvisado desayuno y se levantó de la cama; de pronto le habían entrado unas inexplicables ganas de acomodar el cuarto de sus pequeñas, a pesar de que este ya estaba preparado para su llegada.

Con esfuerzo, se levantó y se puso sus pantuflas rosadas.

Caminó con cuidado hasta la habitación de enfrente. Abrió la puerta blanca y entró, sonriendo en grande.

La habitación era de un tamaño mediano, pintada de un agradable color blanco, las tres cunas estaban pegadas a la pared, a un lado había una pequeña cómoda blanca. No habían muchas cosas, solo las necesarias para unas recién nacidas.

Se sobresaltó al escuchar la puerta ser tocada con fuerza.

Frunció el ceño, su hyung tenía llaves y no hacía mucho que se había ido, ¿quién sería?

Salió de sus pensamientos cuando el insistente ruido volvió a hacerse presente.

Con cuidado, y lo más rápido que su enorme barriga se lo permitió, caminó hasta la puerta de entrada, soltando un suave "voy".

—¿Sí?—abrió sin siquiera fijarse quién era.

Oh, como deseó haber preguntado primero.

[...]


La chica corrió a la puerta luego de haber oído como era golpeada.

Una enorme sonrisa adornó sus labios cuando se encontró con su novia del otro lado.

—Unnie, pasa—se hizo a un lado y dejó pasar a la pelirroja.

—Hola—dejó un beso en los labios de la más baja y pasó.

Ambas se sentaron en el sofá y comenzaron a platicar.

—Oye, dime loca, pero siento el ambiente tenso—la castaña hizo un puchero.

—Tienes razón—Yeji hizo una mueca--Quiz-...—

Sus palabras fueron interrumpidas por un fuerte portazo y seguido de un desgarrador grito.

Ambas se pusieron alerta.

—¿Quién vive al lado?—preguntó, poniéndose de pie.

—Mi vecino y su novio, que está embarazado.—

Se vieron con terror y salieron corriendo en dirección al departamento siguiente.

Al llegar, ni siquiera se molestaron en tocar la puerta, pues Lia tenía llaves de repuesto que Hyunjin le había dado en caso de una emergencia.

—Innie! ¡¿Qué pa-...—

Ambas se quedaron petrificadas ante la escena.

Jeongin estaba tumbado en el piso, rodeado de un enorme charco de sangre que salía de entre sus piernas.

—¡Noona!aaen su voz se escuchaba el dolor—N-Noona, mis hijas—lloró más fuerte.

Las mayores actuaron de inmediato, una llamando a una ambulancia y la otra yendo a tomar al menor.


[...]


La ambulancia había tardado al rededor de diez minutos, los minutos más largos de sus vidas, y por fin pudieron partir.

Ambas chicas habían logrado contactarse con los padres del chico, menos con su novio, presuntamente el padre de las niñas.

—¡Mi hijo!—

Un agitado Riki hizo acto de presencia en la sala de espera del hospital, siendo seguido por un lloroso Sunoo.

Quizás no era su hijo biológico, pero lo vio crecer y lo amaba como tal.

—¿Cómo están las niñas?—

Ninguna pudo hablar, simplemente negaron en señal de que no sabían nada.

—¿Y hyunjin? -se atrevió a preguntar Sunoo.

—Le marqué varias veces, pero no contestó; incluso mi novia lo intentó, pero tampoco dio resultados.—

Se sumieron en un tenso silencio.

Un agitado hombre llegó corriendo hacia ellos.

—¡Hyungs!—

-¡Eric! ¡¿Cómo está mi hijo?! ¡¿Y las niñas?!—Riki se acercó hasta el médico.

—Mal, perdió mucha sangre, necesito un donante ahora mismo; y —lo dudó unos momentos—podemos perder a las niñas, Namjoon no puede hacer nada sin un donador para Innie.—

Al escuchar esto, Riki palideció y Sunoo se hecho a llorar, siendo atrapado por Yeji.

El tenso ambiente fue interrumpido por un tono de llamada.

Lia tomó rápidamente su celular y atendió.

—¡Hyunjin!—su voz se escuchó alterada.

—"¡Lia! ¡¿Qué pasó?!"—

—Al hospital, Innie puede perder a las niñas si no se encuentra un donador, ¡mueve tu trasero!—

—"¡Lia! ¡¿Qué pasó?!"——Al hospital, Innie puede perder a las niñas si no se encuentra un donador, ¡mueve tu trasero!—

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Little Boy || Hyunin Donde viven las historias. Descúbrelo ahora