Baby en proceso.

Antojos

Correr a las 3 de la madruga debería ser un fastidio para cualquier persona, sobre todo cuando la madrugada es fría pero Itachi sonreía mientras en una bolsa llevaba un par de cosas para su omega, no podía estar más que feliz de ir a traer los antojos de su omega. Por qué era una forma de saber que su bebé estaba ahí y eso lo ponía contento.

Así que no importaba si se tenía que levantar a altas horas de la noche por una golosina, su cachorro valía la pena.

Llego a su casa y su omega estaba ahí esperando por el, igual lo recibió con un beso y ayudando a quitarse su abrigo. Estaba apenado por hacer que su esposo saliera por un antojo suyo.

Itachi notó eso y beso a su esposo en los labios, por el lazo que compartían el podía sentir todas las emociones de su destinado, saber que necesitaba o si estaba en peligro, así que sintió como se sentía su pequeño esposo.

—Vamos, mi hijo tiene hambre. Es mi deber como su padre complacer a mi cachorro.

Naruto sonrió contento — Vas a echar a perder a nuestro hijo-ttebayo.

El mayor dejo la bolsa sobre una mesa para abrazar al menor. —¿yo? ¿Olvidas a tu padre a toda la familia?.  Vamos naru, te traje los chocolates que me pediste.

–gracias cariño, la diosa no me pudo haber dado un mejor compañero que tu. Por cierto, oba-chan llega dentro de cinco dias, ella vigilara mi embarazo.

— que bien, ya quiero conocer a nuestro hijo.

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—Si sigo así me pondré gordo— hablo Itachi llevando un poco del helado a su boca.

Ambos estaban sentados en el sofá de la sala de descanso, Naruto a sentado a su lado recargando su cabeza en el pecho del mayor, tapados con una manta mientras veían películas.

—Engordaremos juntos, eso es amor. — exclamo con la cuchara de helado en la boca.

Los antojos del omega iban en aumento quizá a veces cosas extrañas como combinar mantequilla de maní con mayonesa en un sándwich, Itachi incluso aprendió a cocinar aunque era demaciado meticuloso al preparar los antojos de su esposo, se había encargado de mantener siempre provisiones para no enojar obponer triste a su omega por no tener aquello que se le antoja.

Miro la mesa, habían mucho botes de helado y algunos postres que preparó,  le gustaban las cosas dulces tenia la sospecha de quizá tendrían una niña.

Itachi era conciente de que Tsunade lo regañaria por cumplir cada antojo de su esposo, pero no podía evitarlo, entendía que debía mantener un alimento adecuado para el bebé  sin embargo ella no conoce a Naruto tan bien como lo conoce él, no estaban ahí cuando el omega se enojaba, lloraba y suplicaba por sus amadas golosinas, así que sí cumplía todo lo que el rubio pidiera era por su bienestar físico y por el de su rubio, ya que un omega como Naruto enojado con las hormonas más locas que haya visto en su vida no es algo que uno quiera ver.

Itachi rodeó el cuerpo de su esposo para atraerlo hacia él, maduro enterró su rostro en el pecho de su esposo restregandose contra él.  Hasta ese momento el alfa noto un aroma diferente en el ambiente.

Un omega excitado.

Otra de las cosas que vinieron con las hormonas eran los arrebatos apacionales de su esposo, fuera la hora que fuera.  Naruto era una fiera insaciable. 

El alfa hizo lo posible por contenerse, se había propuesto estar en abstinencia hasta que su bebé naciera para no lastimar ni a su rubor o a su hijo, sus encuentros eran demaciado salvajes en algunas ocasiones y no siempre podía contenerse de someter a su omega como tanto le gusta. Darle duro y hacer que el rubio llore de placer hasta desfallecer.