Capítulo 3

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Kaia

¿Qué cosa de quién?

— ¿De qué hablas?

—No me tutees— ordena autoritario.

—Lo siento— me disculpo. No quiero morir en manos de un demonio.

—Mira bonita, Lucifer nos mandó por tu alma— explica el rubio.

— ¿Por qué?

—No lo sabemos, pero eres como un faro de luz en la oscuridad. Llamas la atención de los demonios y ángeles.

—Dame tu alma, podemos ahorrarnos la guerra entre el paraíso y el infierno — dice el peli negro.

Si claro, lo hace sonar como lo más normal del mundo.

—Señor, no puede llegar y quitarle el alma a alguien así cómo así— trató de explicar.

—Tu alma tiene algo, mis poderes no funcionan contigo y eres llamativa a ojos de los demonios.
Tenemos suerte de haber llegado primero— informa mirándome serio.

—No puedo darles mi alma. Pero podría ayudarlos a averiguar el por qué— intento negociar.

—Tu padre no lo aceptará— murmura el rubio.

—Quiero saber que es lo que la hace inmune a mi— responde—. Si mi padre no se entera no pasará nada. Así que tienes que cerrar la boca, As.

El rubio solo asiente a su pedido y me mira con una pequeña sonrisa.

—Averigua quiénes fueron tus abuelos y los abuelos de tus abuelos. Debe haber alguna información sobre su pasado. Pregúntale a tu padre— propone el chico llamado As.

Asiento sintiendo mi corazón martillar mi pecho por el miedo que tengo en estos momentos.

—Vendremos después de un par de días — comunica el peli negro —. Y espero a que hayas conseguido información.

Y sin más, despliega sus enormes alas y sale volando por los cielos.

—Lamento lo sucedido. Él es así con todos — As se disculpa un poco avergonzado —. Cuídate.

Y también sale volando siguiendo al primer demonio.

¿Cómo es posible que alguien quiera tomar mi alma? ¿Que tengo para ser "especial"?
Y sobre todo, me sorprende el saber que los demonios y ángeles si existen.

*****

—Kaia, ¿no estás fantaseando con otros de tus libros verdad?— dice Dante mirándome con rareza.

—Tienes que creerme— pido tomándolo de su brazo.

—Te creeré cuando lo vea con mis propios ojos. Ahora ayúdame a decidir que auto comprar.

Giro mis ojos con fastidio y miro los autos más nuevos de este almacén. Al parecer Dante convenció a su padre de qué le compré un auto. Y aquí estaba, esperando a que se decida por uno.

— ¿Crees que este auto combina conmigo?— pregunta, posando alado de un Lamborghini rojo.

—Dante, todo combina contigo— suspiro cansada.

—Entonces compraré este— finalmente se decide—. Si no cambias esa cara Kaia, no te compraré nada de comida después.

—Bien, bien.

Después de todo el papeleo, Dante y yo salimos del almacén con su nuevo auto. Me sorprendo al ver que sabe conducir. Ni siquiera podía manejar una bicicleta.

Mi Ángel Y DemonioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora