TUS MONSTRUOS.
Kakucho Hitto, Tokyo Revengers, arco de Bonten.
"Y desnúdate, abre el cajón de tus recuerdos
Dispararé, a todos tus monstruos, si les veo
Y me quedaré aquí, mi amor
Y no habrá más paradas
Y seré sólo yo"
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🥇 #1 KakuchoHitto 28/1...
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Shibuya. 14 años atrás.
Todos los niños estaban en clase, la mayoría de ellos en pie, hablando con otros compañeros, sentados encima de los pupitres e incluso algunos de ellos, comiendo.
La puerta del aula se deslizó, tras lo que todos los alumnos corrieron de forma ágil a sentarse cada uno en su lugar. El silencio reinó en la sala, mientras los niños esperaban expectantes a que su profesora entrase.
Y así lo hizo. Una mujer de mediana edad, con el pelo recogido y con una sonrisa, cruzó el marco de la puerta. Todos los niños se pusieron en pie, saludando a la maestra al unísono y haciendo una leve reverencia en señal de respeto.
- ¡Buenos días señorita Arai!
Las miradas de los niños se trasladaron hacia una pequeña personita que estaba justo detrás de la profesora, mirando hacia el suelo.
Tenía el cabello oscuro de una tonalidad azul, con algunos mechones por su frente.
- A ver, chicos. Necesito que prestéis atención. - La profesora dio un leve empujón al recién llegado, para que se mostrase un poco mejor ante la clase. - Él es un nuevo alumno y nos acompañará a partir de ahora. Espero que le recibáis como se merece y le enseñéis todo lo necesario para que pueda ponerse al día. - La profesora sonrió al chiquillo intentando tranquilizarle. - Venga, ahora preséntate.
El de cabello oscuro cogió aire y sin temblor alguno en su voz, hizo caso a su profesora.
- Mi nombre es Kakucho Hitto y tengo 12 años. Trasladaron a mi padre recientemente de Osaka a esta ciudad, por lo que tuvimos que mudarnos. Gracias por recibirme.
Igualmente, hizo una pequeña reverencia a modo de agradecimiento.
La mirada del niño se fue levantando poco a poco para conocer a los que a partir de ahora serían sus nuevos compañeros. Tenía el rostro serio pero no parecía asustado ni nervioso.
- Muy bien. Mira, ahí hay un asiento libre. Siéntate ahí y si tienes alguna duda o necesitas cualquier cosa, levanta la mano y me acercaré a ayudarte.
El niño asintió y fue directo hacia el pupitre que le habían indicado, casi al final de la clase. Sacó las pocas cosas que había traído en su primer día, dado que todavía tenían que entregarle el material de la escuela. Un estuche con un par de bolígrafos, un lápiz, una goma de borrar y un pequeño cuaderno.
- Vamos a empezar. Haremos un repaso de lo que dimos el último día para que Kakucho pueda seguir bien la clase hasta que le den los libros.
