Capítulo 22

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El sonido de la caja y la bolsa impactando contra el suelo, llenó el amplio pasillo

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El sonido de la caja y la bolsa impactando contra el suelo, llenó el amplio pasillo.

Las zancadas de Kakucho hacían eco, rebotando por las paredes, mientras corría con velocidad hacia la habitación.

Su corazón ahora latía con fuerza, sacando energía de algún lugar imposible de su cuerpo.

Deslizó la puerta de un tirón, a punto de arrancarla debido a la fuerza.

—¡No!

Silencio. Silencio. Silencio.

El cuerpo de Nanami estaba en la cama, tumbado. Los ojos de Kakucho la recorrían, hasta que sus ojos se encontraron con los suyos.

—Kaku, ¿está todo bien? ¿Qué ocurre? — La preocupación se hizo presente en su rostro.

Las lágrimas comenzaron a agolparse en los ojos del peliazul y inevitablemente se quebró, sollozando hasta llegar a ella.

—Nada, yo... — No quería decirle la verdad. Decirle que pensaba que Mikey había acabado con su vida, haría que ella continuara viviendo con miedo. — Sólo te he echado de menos.

Se aferró al cuerpo de Nanami, reteniendo los sollozos hasta que solo quedó el sonido de sus respiraciones. La castaña acariciaba su cabello mientras él escondía su cabeza en el arco de su cuello e inhalaba su aroma, intentado memorizar todos y cada uno de los matices de su olor.

—Sólo has estado fuera 3h... — Ella exhaló, dejando escapar a su vez una risa nasal.

—Pero han sido 3 largas y duras horas sin ti. — Kakucho salió de su escondite para mirarla a los ojos mientras acariciaba su mejilla. — He visto salir de la habitación a...

Carraspeó la garganta, con miedo por lo que Mikey hubiera podido hacerle o decirle a Nanami.

—Mikey. Tu jefe. — Kakucho la miró en silencio. — No es tan temible como pensaba. — Ella volvió a sonreír.

—¿Qué te dijo? ¿De qué hablasteis? — Miedo. Terror. Pánico. Su respiración se cortó hasta que ella volvió a hablar.

—De muchas cosas. Me contó que eras amigo de su hermano, así os conocisteis. Creo que hablamos durante bastante tiempo, aunque se me pasó volando. Me deseó que mejorara pronto y se marchó. Fue muy atento.

¿Mikey, atento? ¿Estamos hablando de la misma persona?

—Nana...

—No creo que tengas que preocuparte, Kaku. Todo estará bien. Tú lo dijiste.

Kakucho respiró. Todo estaría bien. Debía estarlo. Aunque antes tenía que ocuparse de unos asuntos.

—Sí, todo estará bien. Te lo prometo. — Se incorporó ligeramente para dejar un beso en su cabeza mientras la tomaba entre sus manos y volvía a mirarla a los ojos. — Hablando de eso... Le hemos encontrado.

TUS MONSTRUOS ~ Kakucho Hitto ~ Tokyo Revengers Donde viven las historias. Descúbrelo ahora