Polisón

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¿Cómo le pudo haber hecho tal ofensa a él? Un monarca. Su altivo corazón no lo podía soportar le había herido su orgullo, pero a la vez sentía añoranza, si la había amado de verdad.

Miró la foto una última vez para prenderle fuego y así desapareció ahora sí cualquier rastro material de la fémina.

-Señor.-entró Matthew sin invitación a los aposentos de Sueño.

Este lo miró fastidiado aún tumbado en el sillón.

-No pedí un cuervo ¿o sí?

-No, pero pensé que le vendría bien algo de compañía.

-No me hace falta, puedes salir.

Matthew grazno.

-Bueno, pero ¿Qué le pasa? Ni parece que se acaba de casar con esa hermosura de chica.

-¿Está bien? Quiero decir ¿ha dicho algo?-dijo medio mostrándose indiferente medio importándole.

-¿Por qué no se lo pregunta usted mismo?, ¿es así como va a pasar su noche de bodas?

Morfeo abrió los ojos y los brillos de sus iris aumentaron de tamaño.

-¡Matthew!.-dijo fuerte pasándose una mano por la cara a punto de perder la paciencia.

Al oír el enojo de su amo el ave se agacho sobre sí misma.

-Perdón yo... solo quería.-ahora sonaba tímido.

Morfeo lo miraba todavía con los ojos entrecerrados.

-La escuche llorando...-dijo angustiado.- me apena, no parece mala persona.

Morfeo cambio de cara.

-Iré, iré a verla.-dijo parándose del sillón y ajustando sus ropas con propiedad.- ¡Ahora sí sal si no quieres que te vuelve a convertir en humano!

Matthew verdaderamente no sabía si eso sería una amenaza o una bendición para su a plumada persona, pero prefirió por una vez mantener el pico cerrado. Estar en la ensoñación no estaba tan mal ya le había agarrado gusto.

(...)

Morfeo se encontraba parado delante de la puerta de la habitación de la musa.

-¿Puedo pasar?-dijo dando unos ligeros toques.

No hubo respuesta.

Volvió a tocar de nuevo, pero tampoco hubo respuesta.

Este se extrañó.

-Selene.-llamó.

Al no tener respuesta tocó la puerta con sus palmas.

Ábrete.-le susurro a la puerta.

Al entrar sintió una energía sombría que lo envolvió.

-Esto no está bien.

Selene estaba acostada sobre su cama aún con su vestido nupcial puesto, estaba soñando, rápidamente permitió meterse a su sueño y este lo había jalado hacia un jardín casi como el fiddler's green, pero con toques nocturnos, Selene estaba sentada debajo de un árbol admirando la luna.

-¿Qué haces aquí si me puedes ver en tu morada?-le dijo la luna.

-Mis sueños me permiten estar más tranquila.-le dijo al astro.-prefiero estar aquí, aquí no sufro por su amor.

La brisa nocturna le acaricio la cara y le hizo volar unos cuantos mechones de su largo cabello.

-Ya empiezas a tomar color.

-Ya casi va a ser tiempo de que me manche de color sangre.-sentencio.

Morfeo las veía con interés.

-Creo que tenemos un polisón.-dijo la luna.

-¿Qué?-dijo Selene mirando hacia los lados hasta que dio con la presencia del Oniromante.-¿Qué hace aquí?-dijo parándose para ir con él.

-Fui a tu habitación y no respondías, me preocupé.

-¿Usted preocupándose por mí? Si claro.

-Aunque no lo creas...

Morfeo no pudo terminar la oración porque un temblor los descoloco, miró rápidamente a la luna quien se deshacía en la oscuridad del cielo y de sus restos caían estrellas envueltas en fuego blanco que prendían la hierba del suelo.

Selene alzó sus manos al astro rápidamente tratando de retenerla y alejar a las estrellas pálidas pero la luna desconoció a su guardiana e hizo rebotar sus propios poderes en ella mandándola al suelo con gran fuerza.

Morfeo la miró preocupado y fue a su lado.

-Estoy bien.-dijo tratando de recuperarse.-me está desconociendo, no puedo retenerla.-trató de parase, pero no pudo, la ráfaga del fuego frio le había alcanzado una pierna.

-Déjame ayudarte.-dijo Morfeo cargándola.

-¡N-no, suéltame!, tengo que ser capaz de encargarme de ella.-le dijo preocupada.

-No podrás hacerte cargo de mí jamás.-le dijo la luna.-ninguno de ustedes, la unión de sus fuerzas será en vano.-dijo altanera.

-σιγή.-dijo Morfeo mirándola con firmeza.-te recuerdo que estas en mi reino, este sueño se acabó.-sentencio.

Selene se levantó como si se estuviera asfixiando en su cama y ahí en la puerta en forma de una sombra con ojos brillantes se encontraba él.

-Estabas soñando.-dijo caminando hacia la cama junto con ella.

La musa lo miraba aún acongojada mientras su pecho subía y bajaba frenéticamente. 

( σιγή es SILENCIO en griego)

The Ballad of the Moon  ☾ COMPLETA ☽Donde viven las historias. Descúbrelo ahora