11 de Agosto de 1977.
— ¡Atenea necesito que vayas a la tienda!— gritó Lauren desde la cocina de su casa.
— ¡Voy mamá!— avisó terminando de ponerse los tenis, salió de su habitación directo a la cocina.— ¿Qué necesitas?
— Trae unas zanahorias, olvidé comprarlas para la sopa.— le extendió el dinero a la niña, ella lo tomó negando divertida.
— Siempre se te olvida algo mamá.— se burló.
— Hey, no me hagas quitarte la mesada.— advirtió señalandola con el dedo índice y alzando las cejas.
— Bien, ya me voy.— rodó los ojos y abrió la puerta de la casa.
— Ten cuidado.
— Lo tendré.— aseguró saliendo completamente y comenzando a caminar a la tienda, mientras tarareaba una canción que había escuchado recientemente en la televisión, al llegar compró lo que le habían pedido y cuando estaba pagando sonrió al ver una cabellera rubia sobre las estanterías, recibió el cambio y tomó la bolsa con las zanahorias, se dirigió al chico que se encontraba jugando en una máquina que ella realmente no entendía ni sabía que era.
— Estás un poco obsesionado con esa cosa ¿No crees?— dijo poniéndose a un lado de Vance.
— ¿Y a tí que te impo... ¿Atenea?— preguntó mirándola con asombro.
— ¿Quién más podría hablarte así sin temor a que lo golpees?— habló con diversión, haciéndolo reír.— ¿Cuándo regresaste por cierto?
— Apenas hoy, vine a comprar algo y me distraje con esto.— señaló con la cabeza el juego.
— Muy típico de tí.— molestó haciéndolo rodar los ojos.
— Estás más alta que la última vez que te ví.— mencionó sonriendo.
— Solo crecí tres centímetros.— dijo poniendo los ojos en blanco.
— Eso es una gran diferencia.— rieron.— te extrañé niña.— le revolvió el cabello.
— Yo también a tí Vance.— Atenea arrugó la naríz ante el acto del rubio.
— ¿Vienes sola?— la niña asintió.— te acompañaré a casa, no puedes ir por ahí sola.— regañó mientras se dirigía a la puerta, con ella siguiéndolo.
— No me pasará nada, este lugar es muy tranquilo.— dijo saliendo primero por la puerta, que era abierta por Vance.
— ¿Me importa? No, igual te cuidaré.— aseguró saliendo también y comenzando a caminar al lado de ella.
— Mi diablillo de la guarda.— molestó con diversión mientras lo empujaba con el hombro, claro que Vance ni siquiera se inmutó ante eso.
— Debo cuidar a mi hermanita adoptiva.
— ¿Y quién te cuidará a tí?
— No lo necesito, sé defenderme solo.— presumió.
— Tienes razón, la gente a la que golpeaste lo confirma.— asintió haciéndolo sonreír.— de grande quiero ser como tú.
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The first victim. •The black phone•
FanfictionDónde Atenea siempre estuvo enamorada en secreto de Finney. Ó Dónde la primera víctima del raptor fué una niña. [Los personajes no me pertenecen, solo Atenea y sus padres, no se permiten copias o adaptaciones]