"Cuarto compartido"

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˚₊· ͟͟͞͞➳❥ Esta historia no incluirá modismos argentinos.

˚₊· ͟͟͞͞➳❥ Rodrigo top

˚₊· ͟͟͞͞➳❥ Iván bottom

˚₊· ͟͟͞͞➳❥ Está historia adaptada está con el fin de entretener, no permito comentarios fuera de contexto, dedicado para las personas que les gusta este bromance.

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— Pásame el azúcar.

— Lo tienes a diez centímetros de tu brazo, tómala tu.

— ¡Que me des el azúcar, Rodrigo!

— ¡No!

— ¡Listo, no me caso, pido el divorcio absoluto, contrataré a alguien para que llegue a la mitad de la boda y diga "yo me opongo"! — le grité a Rodrigo en el desayuno.

Las cosas no iban bien, tal vez Carrera estaba considerando el matrimonio ahora que éramos novios oficiales. Había pasado una semana desde su cumpleaños y nuestro compromiso, pero más allá de parecer la pareja feliz que fuimos en el parque de diversiones con los chicos, volvimos a ser los mismos de antes. Y de alguna manera eso me gustaba.

— Toma — me extendió el frasco de azúcar con la cabeza gacha y la voz cansada, esto de las peleas le estaba estresando, aunque para mí era un respiro de tantos besos y cariños que me daba en la escuela.

Si creía que la peor parte había pasado cuando les contamos a nuestros amigos que nos casaríamos, es por que había olvidado que aún había clases. Todas las chicas y uno que otro chico comenzaron a dedicarme miradas aterradoras, los chicos nos molestaban con la luna de miel y Rafa... él era el primero en iniciar las burlas.

— Iv, ¿Me puedes acercar la miel? — me pidió Veronica. La miel estaba más lejos que el azúcar, así que me levanté y la tomé para entregársela.

— ¡¿Te paras por la miel y no por el azúcar?! — exclamó Rodrigo, su cuello iba a acalorándose por la frustración y no paró de bufar hasta que terminamos de desayunar.

Mi padre ya se había ido al trabajo, mamá desayunaba en la cama cuando se despertaba -al mediodía-, Victoria no se encontraba en casa porque ahora vivía en la universidad y Amanda comía en la cocina. Nuestros desayunos sin la supervisión de un adulto eran un caos total.

— Iré a lavarme los dientes, espérenme. — nos aviso Veronica mientras corría escaleras arriba.

Nos quedamos solos en la entrada, listos para irnos a la escuela. Miré de soslayo a Rodrigo, nunca logró usar el uniforme como se debía: la chaqueta arrugada, la camisa fuera, los pantalones por debajo de lo normal y la corbata suelta alrededor de su cuello.

Me acerqué a él y comencé a anudar su corbata, al menos se vería un poco más presentable. A veces me preguntaba qué había pasado con el chico que todos adoraban de pequeño.

𝗠𝗔𝗥𝗥𝗬 𝗠𝗘 ; rodrivanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora