El reencuentro

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Sofía.

-Seguro que no necesitas más ropa Sof, porque si necesitas más puedo alcanzar a Piero y detenerlo - habla Tammy con ese tono de voz de súplica, si ella es un poco malvada.

Creo saber porque es su forma de actuar, cree que gastando el dinero de ese idiota vengara lo que me hizo.

¡Ay Tammy, Tammy, tan inocente aún!

Estoy tan sumergida en mis propios pensamientos que no alcanzo a escuchar todas las veces que ella me llama por mi nombre hasta que su paciencia termina y grita -¡Sofía Madison!.

La miro rápido con mis ojos abiertos como platos,¿Me acaba de....pe...

-Tam...

-¿Sofia al menos estás prestando algo de atención a lo que estoy diciéndote?

Retuerso los ojos y me dejó caer en la orilla de la cama - Tammy me siento cansada - respondo desganada.

-Pero si fue divertido - asegura ella en tono divertida mientras ocupa lugar junto a mí - ¿Acaso no disfrutaste viendo al aprovechado y desvergonzado de Facundo aburrido en ese sillón?- señala frente a nosotras.

Asesina y muy, muy acertada es la mirada que le regaló al solo escuchar la mención de ese estúpido nombre - ¿Disfrutar? - repito - Tammy déjame decirte algo y que te quede muy claro, disfrutaré cuando lo vea pagando tras las rejas todo lo que me hizo, disfrutaré cuando lo vea en un ataúd siendo enterrado tres metros bajo tierra, hasta entonces todo lo que ocurra no es de diversión.

-Calmate Sof, no tienes porque molestarte conmigo, no fue mi intención.

-Ya no importa eso - hago una mueca de incomodidad con mi rostro - ¿Te quedarás está noche conmigo?.

-Quisiera amiga - hace una mueca tristona con su rostro - Pero ya sabes cómo es mamá cuando está en casa.

Trago amargamente, tragandome las ganas de llorar que eso me hace querer hacer, tenía la esperanza que ella me acompañará esta noche.

-Entiendo - susurro con mis ojos pañosos, me levanto disimulando mis ganas de llorar - No deberías irte tan tarde, tu madre debe de estar preocupada por tí.

Ella se levanta -Sof..no es mi..

-Esta bien Tammy no te preocupes, me dejas descansar por favor.

Tammy me da un fuerte abrazo por la retaguardia asegurando que mañana después de clase vendrá a verme nuevamente. Me despido de ella en la entrada de la habitación y espero perderla de vista para poder cerrar la puerta.

Suspiro tan fuerte a como puedo una vez me veo nuevamente sola y me deslizó con mi espalda en la puerta hasta tocar el piso, un suave mareo que ya no me sorprende para nada me hace sonreír.

Es increíble como me he adaptado a estos feos síntomas.

Mi mente vuelve a divagar en las estupideces que hoy dije sin pensar.

Suspiro fuerte - No quería sentirme tan débil - susurro apoyando mi cabeza en la puerta, golpeó mi rostro con mis dos manos - Pero no debiste haber hecho eso Sofía - me regaño sola.

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