Ángel guardián

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Aclaraciones: Universo alterno | Iguro: Angel, Mitsuri: Actriz | Rated K+ | Romance-drama-fantasía | Mitsuri: 28 años, Iguro: Varios siglos. 

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Día 5: Ángel/ Universo alterno

Los ojos heterocromáticos captaron la imagen del arcángel que tenía enfrente y que por la oscuridad de la habitación no le permitía apreciar con claridad todos sus rasgos pero estaba tan familiarizado con su imagen al convivir a su lado durante tantos siglos que no necesitaba verlo para saber el gesto que tendría.

― ¿Eres consciente de tus acciones, Iguro?

El mencionado se removió en la silla, podía escuchar el tono decepcionado de Himejima al otro extremo de la mesa.

―No lo entenderías.

―Tú eres el que no estas entendiendo. ―El arcángel se inclinó en la mesa con el gesto más serio que le había visto. ―Nuestro deber es velar por el bienestar de los humanos y más aún del humano al cual has sido asignado... pero tú siempre terminas condenándolo, pero esta vez... has ido demasiado lejos.

Iguro torció la boca al escuchar las palabras que buscan doblegarlo o que sintiera un gramo de culpa ante sus acciones.

―No, tú no lo entiendes, ellos no se merecen que nosotros, los ángeles, siquiera posemos la mirada sobre ellos, son insectos, seres inferiores y si piensas que me arrodillaré para serviles, estas muy equivocado.

Iguro Obanai estaba cansado y asqueado de aquellas palabras que había escuchado durante siglos en su existencia como ángel. Una existencia que se resumía a velar por el bien de la humanidad y si aquello no era suficiente, estaba obligado por reglas generales a ser asignado a algún humano, uno que pudiera guiar en sus decisiones que lo llevaran a un camino del bien "ángel de la guardia" solían llamarlos los humanos.

Siempre sentía nauseas al escuchar ese apodo, un ser celestial con sus habilidades y con vida eterna, y su gran inteligencia se viera reducido a ser la niñera de los humanos que no tenían ni el más mínimo sentido común para lidiar con sus propias vidas, era algo realmente absurdo.

Eran seres superiores, con poderes que los mundanos humanos no podrían ni imaginar y con una vida eterna. Habitaban en los cielos ¿Por qué debían bajar a la tierra corrompida por la mano misma de los humanos? Ellos estaban llevando a la perdición a su raza con sus malas decisiones, avaricia, codicia y egoísmo todo por algo tan absurdo como el poder y el dinero. Todo el basurero en el que habían convertido a su mundo ¿y ellos tenían que remediar las cosas? ¿Los ángeles debían salvarlos del propio sufrimiento que ellos mismos se ocasionaban? Era lo más ilógico, si ellos estaban arruinando sus vidas ellos mismos debían solucionarlo.

No podían depender de un ser celestial para arreglar el mugrero que habían hecho.

Pensamiento que muchos ángeles que eran enviados a la tierra a funcionar como ángel guardián competían. Unos obedecían sin tener más elección, otros como él era más radicales, huyendo de ese oficio innecesario.

Razón por la cual a pesar de ser asignado a humanos para guiarlos en su vida, Obanai pasaba de ellos, dejándolos a su suerte. Que fueran responsables de sus elecciones y de la vida que llevaban, como debía ser.

Iguro prefería invertir su tiempo para pasar tiempos agradables con su amigo Sanemi y visitar los lugares puros que aún conservaba la tierra, que eran muy pocos. Hasta que alguien notara su falta de actividad. En esa ocasión había sido Himejima, el arcángel con el que tenía más comunicación y que a pesar de las diferentes opiniones que tenían en cuando a los humanos, en condiciones normales solían ser buenos amigos. Aunque en ese momento dudaba un poco de la buena relación que podrían tener en el próximo siglo, su rostro contraído por el enojo era muy evidente.

Koi shiteru | Obamitsu week 2022Donde viven las historias. Descúbrelo ahora