VII

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—¿Terzo, pasa algo?

Omega me siguió hasta mi habitación. A esa hora no había nadie en la mansión, nadie estaba despierto así que nadie nos vio lo cual agradecía pues no quería responder preguntas de nadie, mucho menos de Nihil.

—No, nada, puedes irte.

—El camino de la entrada del infierno aquí fue demasiado largo por tu tristeza, creí que ibas a llorar. No pude leer tus pensamientos pero diablos, siento tanto dolor que no sé qué pasó con Eleena.

Comencé a dar vueltas en la habitación, me sentía extraño pues era cierto, yo me sentía inmensamente triste, los ojos se me llenaron de lágrimas y maldije por lo bajo, jamás me había sentido así. Era tan extraño que comenzaba a desesperarme.

—No lo sé, Omega. No sé por qué estoy así. ¡Deja de pensar en el dolor!

Era como si algo malo hubiese pasado, era algo guardado con mucha antigüedad, era un millón de lágrimas, era sangre, era rechazo, era miedo. Todo junto. Lo podía sentir.

—Terzo, harás un agujero en el piso, por favor deja de moverte y piensa con claridad, que estar así no nos ayuda.

Cuatro ghouls hicieron acto de presencia en mi habitación, todos al mismo tiempo, empujandose mientras entraban. Todos se veían exactamente igual que Omega, era parecido a un perro y su dueño, Alpha comenzó a sollozar por lo bajo.

—¿Qué está pasando? —preguntó Air pasando su mirada de Omega a mi.

—No lo sé. Es tan extraño.

Y entonces la sensación se hacía cada vez menor, parecía desaparecer, disminuía, todo volvía a la normalidad. Respiré agitado peinando mi cabello hacia atrás cerrando los ojos, jamás había tenido una sensación, ni siquiera parecida. Una vez todos estuvimos tranquilos los miré.

—¿Quién era? —pregunté recuperando el aliento, mi voz salió rasposa, muy fuerte—. ¡Mierda, quién carajos sufría así!

Todos bajaron sus cabezas, sus ojos viendo fijamente al suelo, abrumados por las sensaciones anteriores. Se colocaron en una fila como soldados, con las manos detrás en sus espaldas.

—Mi lord, no creo que haya sido ninguno de nosotros —dijo Water luego de aclararse la garganta—. Era usted.

Los miré, ciertamente la tristeza había comenzado cuando Eleena me echó de su habitación, había algo en sus ojos, había algo en ella pero no podía identificar el qué, creía mientras me marchaba del mundo que había sido uno de mis ghouls pues conforme me alejaba del monasterio crecía más y más.

—Terzo —dijo Omega—, ¿qué pasó con Eleena?

Y entonces pude comprenderlo.

Y entonces pude comprenderlo

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Me había quedado despierto lo que quedaba de la madrugada, estaba en el estudio leyendo un viejo libro para poder encontrar la respuesta que estaba buscando. Hacía tiempo que había leído sobre las ghulehs o ghulettes, cuando supe que sería papa cuando Secondo terminara su reinado, sin embargo la idea no me gustaba pues decidí no solo ser de una sola si no de todas, podía darle rienda suelta a mis más oscuros deseos y fantasías. Secondo había encontrado a su ghulette poco antes de terminar su ciclo y Primo después de el.

¿Eleena sería mi ghuleh?

Pase página por página pero no había nada que me diera indicios. Por la puerta la cuál no estaba cerrada entró Omega, dejó una taza con un líquido entre amarillo y verde claro, olía demasiado bien a decir verdad.

—Tómalo, es un té, te sirvara para que te relajes un poco y puedas pensar con claridad.

Bufé tomando el liquido de la taza, en realidad estaba delicioso.

—Yo pienso con claridad, debería ser así.

Omega se sento mientras doblaba las mangas de su camisa hasta sus codos.

—Sí, piensas con claridad pero en esa claridad está Eleena y entonces ya no es tan claro, ¿no? Puede que a veces no pueda leerte pero te conozco y sin duda alguna has pasado los últimos días pensando en la humana.

Tomé nuevamente evitando su mirada, cerré el libro y lo dejé a un lado, tomando otro, este era verde con dorado y decía que era el libro de Tobias. Me disponía a abrirlo, sin embargo Omega estaba tan quieto en su asiento mirándome que no pude evitar devolverle la mirada.

—Lo de hoy —dije recordando todo nuevamente en busca de una explicación—, era yo, pero todo comenzó con ella. Es como si, le hubiese quitado esa tristeza, es tan extraño. Jamás había sentido eso, más que con ustedes.

Omega parpadeó varias veces, parecía extrañado, miró los libros, se había quedado tan quiero que parecía una estatua la cuál habían creado a la perfección.

—¿Has encontrado algo?

Negué, no había nada, hacía mucho tiempo que había leído aquel libro que ni siquiera recordaba el nombre. No tenía una explicación lógica.

—No tiene importancia, sea lo que sea espero no vuelva a suceder y si es así, visitaremos alguna bruja y ella nos dará respuestas.

—¿Hermano?

Miré hacia la entrada al escuchar la voz de Secondo, Omega se puso de pie, quedándose inmóvil.

—Hola, Secondo. Entra —dije pero él ya se encontraba caminando hacia mi—. Omega te puedes retirar y dile a alguien en la mañana temprano que venga a recoger esto.

—Es un gusto servirle, amo. Mi Señor —se despidió con una pequeña reverencia hacia ambos y salió cerrando la puerta.

Secondo ni siquiera se sentó, él simplemente dio algunas vueltas por el escritorio mirando todos los libros y escrituras regados a lo largo y ancho del estudio. Se giró con una sonrisa.

—¿Acaso has decidido dejar de ser un asno?

—No tengo tiempo para tus estúpideces, mejor deberías ser de ayuda —suspiré pues sabía la reacción de mi hermano, siempre nos habíamos molestado, nos hacíamos bromas y todo tipo de cosas mientras afectarán al otro—. Quiero saber acerca de las ghulettes, háblame de ellas.

Secondo se largó a reír, su voz grave resonó en toda la estancia, sabía el por qué de su reacción.

—Terzo, el hijo lascivo, el hijo de las mil amantes, ¿quiere una ghulette? ¿A qué se debe la pregunta, hermano?

—Solo duda, tú tienes a una, ¿quizá le pagaste para que se casara contigo? No creo que con tus tres centímetros la hayas conquistado.

—Te contaré lo que quieres saber pero debes hacer algo por mi y créeme, no te va a gustar. ¿Aceptas?

Extendió su mano derecha dispuesta para que yo lo tomara. ¿Confiar en Secondo? Era algo para pensarse.









Lo siento si este capítulo salió muy equis, prometo que vendrán cosas buenas.

Gracias por leer y comentar❤️

¿Les gustaría algo de smut? Realmente no soy muy buena escribiéndolo, pero lo haría por ustedes😊

ENTRE EL CIELO Y EL INFIERNO [EMERITUS III] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora