Capítulo 4

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Narra Alexandra

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Narra Alexandra

—Por supuesto —respondo al notar varios pares de ojos sobre mí.

Ellos me guían hacía un lugar que no vi con anterioridad en mi intento de reconocimiento rápido del área donde me encuentro, se trata de un pequeño prado detrás de la casa, en este hay diversas bancas colocadas de forma cercana en donde parece que los chicos comen sus alimentos. La imagen frente a mí me hace recordar aquellas tardes donde mi familia y yo íbamos al parque y hacíamos picnics en aquellas mesillas donde las ardillas siempre llegaban y robaban la comida.

Los chicos van jugando, bromeando y empujándose frente a mí de camino hacía aquel lugar mientras que a mi lado se encuentra Jericho caminando tranquilamente.

—Es lindo ¿no? —por un segundo creo que estoy babeando con respecto a aquel espectáculo que están haciendo aquellos hombres, estoy a punto de confírmale aquello cuando me doy cuenta de que habla acerca del lugar, no de las personas.

—Mmm... sí —giro mi cabeza con lentitud para verlo detallando mi persona. —Me recuerda mucho a un lugar que visitaba de joven con mis padres y hermanos —digo sonriendo con nostalgia en mi voz.

—A mí también me recuerda a algo muy similar, solo que yo iba con mis amigos a un parque nacional cada que eran vacaciones, siempre había esas bancas por todos lados —comenta mirando como algunos de los chicos han caído al suelo por estar jugando.

—¿Ustedes son reales? —cuestiono deteniendo mi paso para poder elevar mi cabeza y mirarlo a los ojos.

—Por supuesto que sí ¿por qué lo preguntas?

—Hace tanto tiempo que no veo a un humano con vida que realmente sigo sin poder creer que ustedes sean reales, que estoy hablando con una persona de verdad.... Es solo que... no lo sé, todo es raro.

—No puedo decir que lo entiendo porque siendo sincero nunca he experimentado eso, siempre estuve con alguien desde que inicio todo, pero te puedo asegurar que sí lo somos —luego de decir aquello toma mi mano y la entrelaza con la suya mientras camina a paso tranquilo en dirección a donde todos los demás están.

Rohan se acerca a nosotros y nos comenta que ya nos sentemos puesto que está sirviendo la comida ya y no quiere que se nos enfríe.

—Te presento a los demás miembros de nuestro campamento, linda —comenta Jericho antes de acercarse a una de las mesas donde se pueden encontrar casi todos los hombres que me salvaron aquel día. —Ellos son Luka y Danniel, son los hermanos mayores de Peter —explica señalando a unos hombres que levantaron la mano en forma de saludo hacía mí, son bastante altos por lo que puedo notar incluso sentados, todos ellos de tez clara, cabello castaño con algunos rayos rubios, hombros anchos, mandíbulas marcadas, ojos azules en diferentes tonos y labios rosados.

He pasado del infierno al maldito paraíso teniendo a estos ángeles frente a mí.

—Después de comer podrías detallarlos de mejor forma, muñequita —se burla Seth.

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