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Billy puso una mano en mi mejilla.

— Billy levántate - dije.

— Scarlet... - dijo el con un hilo de voz.

— Que te levantes joder - dije.

— Perdóname - dijo - te quiero mucho.

Estallé en llanto cuando vi que cerraba los ojos. Lo abracé hacia mi.

— Mi hermanito... - susurré con voz temblorosa.

Noté como unos brazos me abrazaban por atrás apresuradamente. No me hacia falta girarme para saber que era Steve.
Volví a apretar a Billy contra mí y llorar con más fuerza. Cogí su collar y lo guardé en mi bolsillo.

Me giré en dirección a Steve y apreté mi cabeza contra su pecho. El me abrazó y puso su mejilla en mi cabeza.

— Ya está - dijo en voz baja.

— No se lo merecía - dije con la voz rota - el no se lo merecía, Steve.

— Lo sé, lo sé... - dijo el.

Salimos del centro y unas ambulancias y patrullas vinieron.
Estaba sentada dentro de una ambulancia con Max, Steve, Nancy y Jonathan.

— Entonces tenemos que decir que esto fue un incendio? - dijo Nancy.

Steve asintió. Yo tenía mis codos en las rodillas y mi cara en las manos. Me dolía la cabeza y me temblaban las piernas.
Robin subió a la ambulancia con botellas de agua y mantas.

— Toma, Scarlet - dijo entregándome una manta y una botella de agua - te harán falta.

Me puse la manta encima como pude y Micky subió a la ambulancia también. Se sentó a mi lado y me pasó un brazo por encima.

— Lo siento mucho Scarlet - dijo.

                   Un mes después.

Metí mis maletas en el taxi.

— Vamos Scarlet... - dijo Steve - no creo que esta sea la mejor solución.

— Lo es - dije cortante y cerré el maletero.

Nos quedamos frente a frente.

— Por que no te quedas aquí y lo superamos juntos? - preguntó Steve.

— Tengo que ir a California - dije - está decidido.

— No puedo hacer nada para que te quedes - dijo - cierto?

Negué con mi cabeza y el puso sus manos en mi cintura.

— Entonces déjame ir contigo - dijo.

— No - dije - de ninguna manera. Tú tienes tu vida aquí.

— Pero podría dejarla por ti - dijo.

Hice una mueca y abrí la puerta del taxi.

— Prometo venir a visitaros - dije - y llamarte muy seguido.

— Todos los días - dijo.

— Todos los días - repetí.

Antes de cerrar la puerta volví a salir y puse mis manos en la nuca de Steve para darle un beso.

El paso una mano por mi mejilla y volví a meterme al coche y cerré la puerta.
Me asomé por la ventanilla cuando el coche arrancó y pude ver la cara de tristeza de Steve.

En los últimos días me había despedido de todos, incluyendo a mi hermanastra Max.

Dos meses después.

Steve y Robin estaban entrando a un tienda de películas. Tenían planeado trabajar ahí.
En el mostrador había un chico muy feo.

— Buenas - dijo - soy Keith.

— Yo soy Robin - dijo - y el es Steve. Venimos a por el trabajo.

— Vuestras tres películas favoritas? - preguntó Keith con mala gana.

                           ...

— Todos se han ido de Hawkins - dijo Robin colocando unas cintas.

— Bueno todos no - dijo Steve cruzándose de brazos - Dustin, Lucas, Max, Mike... ellos se han quedado.

— El otro día estuve hablando con Malcolm y... ejem... - dijo Robin nerviosa.

— Y qué? - dijo Steve impaciente.

— Que ayer se fue a California a visitar a Scarlet - dijo Robin - pero una visita amistosa, claro está.

Steve se quedó en silencio y se apoyó en una de las paredes.

— Me estás vacilando? - dijo - eso no tiene nada de amistoso.

— Fue lo que me dijo - intentó arreglar Robin.

Steve llevó sus manos a la cabeza.

Mientras en California.

Me estaba paseando de lado a lado por el salón con una mano en la cintura.

— Enserio has hecho un viaje tan largo para verme, a mi? - dije.

— Claro que sí - dijo Micky - eres mi mejor amiga. Donde dejo las maletas?

Lo miré antes de suspirar y guiarlo a la habitación de invitados.

— Como lo llevas? - preguntó mientras colocaba sus cosas.

— Más o menos - dije - me hubiera gustado cumplir este sueño con mi hermano. Él quería esto.

Noté un nudo en mi garganta cuando recordé lo sucedido.

— Para eso estoy aquí - dijo Micky acercándose a mi y poniendo una mano en mi hombro - para hacerte compañía.

Esa noche nos fuimos a cenar a un restaurante cerca de mi casa.

— California es precioso - dijo Micky.

— Lo es - dije.

— Tienes la playa al lado de tu casa y un precioso restaurante cerca - dijo.

— No es el único - dije sonriendo.

                            ...

Pasaron un par de semanas desde que Micky estaba aquí. Estábamos en la playa y yo estaba tumbada en la toalla.

— Te tengo que contar algo - dijo - pero no me mates.

Me subí las gafas a la cabeza y lo miré.

— Dime, no me asustes - dije.

— Ves esa casa tan bonita de ahí? - señaló una casa que estaba justo al lado de la mía.

Asentí.

— Resulta que la he comprado - dijo - me quedo a vivir a California.

Abrí los ojos como platos y me acerqué para abrazarle.

— Que gran noticia! - dije - ahora seremos vecinos!

El asintió.

Cuando Micky se mudó a la casa de al lado comenzamos a ser más cercanos. Después de seis meses comenzamos a salir. El me gustaba mucho y era muy buena persona.

Estuve muy a gusto con él en California pero eso no me hacía olvidar lo de mi hermano. Creo que nunca lo olvidaré.

Micky se había cortado el pelo estilo "mullet" y yo me lo había cortado por los hombros y lo había tintado de negro.

Fuimos muy felices.

Falling [Stranger Things]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora