Falling [Stranger Things]

18

— Vamos - dije - ahora a todos los que le sangre la nariz Vecna les va a atacar?

— Has tenido pesadillas, insomnios, alucinaciones...? - dijo Max.

Todo menos alucinaciones.

— No - mentí para que nadie se preocupara - no va a pasar nada, no os preocupéis.

Llegamos a la casa de Steve para seguir hablando sobre Vecna.

Estábamos hablando cuando escuché un tic-tac en el fondo del pasillo. Caminé hacia allí y me llevo al final del pasillo que estaba a oscuras. Había un reloj de péndulo.

De repente me dio un espasmo.

— Que cojones hace mirando la pared? - dijo Steve detrás mía.

Me giré lentamente hacia ellos.

— Creo que me estoy volviendo loca - dije - se me ha ido la pinza.

— Que dices? - dijo Dustin.

— Paranoias mías - dije y intenté pasar por su lado.

Max me paro por el brazo.

— Scarlet, que has visto en la pared - dijo.

— No, nada importante - dije.

— Has visto un reloj, verdad? - dijo Max.

Me quedé mirándola fijamente.

— Lo sabía - dijo Max - por que no me dices la verdad? Yo también te quiero proteger a ti, tú también eres importante.

Me llegó muy adentro lo último. Solo no quería ser una preocupación más.

— Voy a estar bien - dije.

—Y una mierda - dijo Dustin - por que no te dejas ayudar?

— Solo ha sido un reloj - dije - no he visto a Vecna ni nada por el estilo.

Me quedaron mirando fijamente. Yo por dentro estaba muerta de miedo.

***

— Bueno ya es muy tarde - dije - ya me voy.

— A donde vas? - dijo Max.

— A un hotel genial muy cerca de aquí - dije - que pasen buena noche, si?

Caminé hacia la puerta y ellos me detuvieron.

— Es peligroso que salgas a estas horas de la noche - dijo Steve - y más después de lo que has visto.

Hice una mueca.

— Desde cuando te importa lo que me pase o lo que no me pase? - dije - muévete.

Hice un gesto con la cabeza para que se apartase.

— Steve déjala ir - dijo Dustin - si tienes alguna visión o te pasa algo llámanos, okey?

...

Me senté en la cama del hotel y miré al espejo que tenía enfrente. Me coloqué el pelo.

Me puse mi pijama y me tumbé en la cama.
Me puse a pensar en mi vida hace unas semanas, estaba en California tan tranquila con Micky. Quizás nunca debería haber vuelto.

No sentía que encajaba del todo.

A las siete de la mañana sonó el teléfono.

Me levanté de la cama con el pelo hecho un desastre y cogí el teléfono.

— Tiene una llamada de Dustin Henderson - dijo el del hotel - quiere aceptarla?