¿ǫᴜɪᴇɴ ᴘᴇɴsᴀʀɪᴀ ǫᴜᴇ ᴜɴᴀ sɪᴍᴘʟᴇ
ʜʏʟɪᴀɴᴀ ᴄᴀᴍʙɪᴀʀɪᴀ ʟᴀ ᴠɪᴅᴀ ᴅᴇʟ
ᴏʀɢᴜʟʟᴏsᴏ ᴏʀɴɪ?
En esta historia se podra contemplar como una joven Hyliana pudio ser la pequeña sonrisa del Orgullo Revali.
¿Que pasara entre ambos?
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Un fuerte ardor molesto lleno en un nudo irrompible en el cuello de aquel brillante ave, aquel malestar llenaba sin compasión su cuerpo y su afán por poseer se volvió tan desesperado como las preguntas que rondaban en su mente incontroladamente. Como su orgullo le obligo, se mantuvo callado, envuelto de una furiosa tan inmensa como las montañas que cubrían su poblado. Chasqueando su lengua con feroz, fue suficiente como para que sus manos se posarán sobre aquel leñoso y único trono que ramificaba a cierta altura del suelo, siendo cubierto por hermosas y verdosas hojas que se movían al ritmo del surcar de la suave brisa que las acariciaba.
Sus ojos velaban y mantenía la idea de que les estaba mintiendo, ¿Cómo era posible? Observaba con profundidad hasta el mínimo detalle de la escena, sentía como el oscuro atardecer de los cabellos de la femenina se movían entre lentas ondas y las esquinas de sus rosados labios se curvaban risueñamente en una tímida sonrisa. ¡pero lo más impresionante! Aquel rubor tan dócil y brillante como la sabia madurez de una rosada fresa en su más tierno punto de madurez y lo que colmo al vaso, fue como aquella infantil y dulce situación era a través de la compañía de una muchacho con una similitud parecida a ella.
"Me preguntaba... Lo que se trataba el amor. ¿Qué es esa emoción?"
Las palabras de la pequeña risueña, se reproducían como una dulce melodía sobre su mente. Oh, el dosado y el tierno amor, ¿quién no querría poseer tal virtud? Todos alguna vez incluso la persona más solitaria que pudiera existir, fue necesitado por ese mismo, por esa emoción tan tierna, tan empalagosa y tan palpitante como lo era la afección que en ocasiones por no decir todas, hacía que nuestro corazón latiera con una radiante alegría como ninguna otra.
Sin embargo, un molesto y desagradable chasquido se llegó a producir en su intelecto que hizo que un breve chasquido, digamos, no tan amigable, salió de su boca sin control. ¿Por qué ella le quiso preguntar tan osada cuestión? ¿Significaba que estaba enamorada de alguien? ¿Acaso era el joven Hyliano que tenía frente a frente? Lo desconocía y esa fue la peor de las tentaciones, no saber y desconocer.
