Capítulo 11

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Los días pasaban y los chicos se daban cuenta que algo no andaba bien en Seoul, pero cada día se olvidaban de algo, más bien a alguien el cual ellos si conocían.

Ni siquiera sabian porque estaban en la escuela a esta hora, pues no tenía maestro o más bien no se acordaban.

El caso es que en estos días las personas comenzaban a desaparecer cada noche, todos los conocidos de aquella persona olvidaban su existencia, las escenas cambiaban de acuerdo con el ambiente.

Eran las 2:30 de la mañana y la manada KimJeon andaba patrullando, los lobos por el bosque, los vampiros por la ciudad.
Todo fue tan rápido, la neblina comenzaba a cubrir parte de la ciudad, los rayos y los truenos inundaban el cielo en gran variedad, el relinchar de los caballos se hacía cada vez más fuerte.

Un caballo negro con los ojos rojos y parte de su piel levantada como si estuviera quemada se acercaba lentamente hacia un lugar tan específico que los demás se mantuvieron quietos sin quitarle los ojos de encima.
Aquel jinete fantasma hizo resonar su látigo contra el piso haciendo que su caballo comenzara a pararse en dos patas y relinchar de una manera macabra, haciendo que los miembros de la manada se escondieran pero no por miedo, si no por precaución.

Cuando comenzó una carrera entre el caballo negro y los lobos, fue cuando el jinete se dio cuenta que lo seguían apesar de que los animales eran muy sigilosos y se ocultaban en la obscuridad.

Antes de que el látigo del jinete tocará el piso tanto Kim como Jeon se metieron dentro de un auto pretendiendo que no lo habían visto, pero lamentablemente más de dos jinetes se encontraban atrás del auto haciendo que estos los vean por el retrovisor haciendo que el pelirrojo gruñera al ver la cercanía de estos.

–Se que podras vencerlos. —Comenzó hablando el menor de los dos suspirando para mirar hacia su pareja. –Eres un alfa verdadero después de todo, ¿no?. —Lo tomó de sus mejillas sonriendo y mirando de reojo hacia atrás viendo que justamente del otro lado de los vidrios había un jinete haciendo que Kim no lo mirara. –Pase lo que pase “Recuerda que te amo”. —Beso sus labios con dulzura antes de que la puerta se abriera y kook fuera llevado por uno de los fantasmas haciendo que la puerta del auto, más bien del Jeep donde estaban se cerrase sola por el viento, dejando aún licántropo shookeado y olvidando de golpe el porque estaba ahí.

Negó con la cabeza para salir del Jeep e ir por sus amigos con el entre cejó arrugado pensando que es lo que le hacía falta, pero por una o por otra no lograba descifrar que era.
Logró llegar hasta sus amigos los cuales se notaban raros, sobretodo seokmin quien buscaba desesperado algo en su celular.

–Estoy seguro que lo conocemos. —Dice enseñando el celular de una persona, pero los chicos no le hacían caso, así que el omega comenzo a revisar su celular, pero en las imágenes que el tenía siempre había un espacio a su lado, trataba de recordar de quien se trataba pero mejor lo dejó así, ya que comenzaba a darle una jaqueca horrible. –Me rindo, ni yo se quien es. —Todos de fueron hacia la mansión con un vacío que ni ellos mismos sabían porque.

Cuando llegaron lo primero que hicieron es irse cada quien se u habitación.
La de taehyung tenía más espacio de lo de costumbre, su armario tenía un gran vacío, como sii faltará ropa de alguien, en su mesita de noche había una foto de el, abrazando a alguien, más bien a la nada porque solo era el.

Tomó la fotografía y la dejó boca abajo rascando su nuca un tanto confundido, se le hacia raro eso, pero la verdad no quería tomarle importancia.

Seokmin por otra parte caminaba de lado a lado, toda la habitación no le cuadraba, demasiados espacios, muy grande como para que solo sea de el.
Se sentó en el borde de su cama pasando sus manos sobre su rostro frustrado, algo no le cuadraba y no sabía porque.

El Rescate [BTS]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora