Los dos primeros

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El mundo es ruidoso. Muy ruidoso. Sobre todo si vives en el centro de Londres. Y más aún si tienes una resaca del copón. Sientes como tu cabeza late con fuerza, cada pequeño sonido resuena aumentado por mil. Cuando recuperas la conciencia miras a tu alrededor y aprietas los párpados con fuerza. Demasiada luz... Oh, mierda, no puedes ni sentarte. Todos los huesos te pesan, los músculos arden y tienes las extremidades agarrotadas. Incluso antes de abrir los ojos John oye una respiración pausada y profunda a su lado. A pesar de que su mente no está en condiciones de pensar nada, sabe que está medio desnudo en una cama y alguien duerme a su lado. No recuerda nada de lo que pasó la noche anterior. Un fuerte golpe en la puerta lo despierta del todo y una linterna le enfoca la cara. El hombre ahoga un gemido, cerrando los ojos. Los visitantes deben haber hecho demasiado ruido, porque el acompañante de John se remueve y una cabeza emerge entre las sabanas. John abre la boca, sorprendido y aterrado. No puede creerlo.


-¡Jefe! -exclama Donovan, la portadora de la linterna. Algún que otro agente suelta también un chillido de sorpresa.


Porque el hombre sin camiseta que dormía al lado del exmilitar es el Detective Inspector Gregory Lestrade de Scotland Yard. Y la mitad de su plantilla está ahí presente, con los ojos a punto de salirles de las órbitas.


-¿Sally? ¿Qué hacéis vosotros aquí? Mejor dicho: ¿qué hago yo aquí? -la mirada de Greg se posa en John y luego se mira a él mismo- Oh, mierda... ¿Qué ha pasado?


John se encoge de hombros, completamente colorado. Sally está impactada por la imagen pero sigue siendo una profesional. Anuncia que debe llevarlos a comisaría y ninguno de los dos pregunta nada. Están demasiado confundidos. Mientras son escoltados por los policías, que han tenido la bondad de dejar que se vistan, John reconoce su propio piso. ¿Dónde estará Sherlock? ¿Y la señora Hudson? Todo parece desierto. Durante el trayecto en coche la mente de John se pone en marcha y empieza a recordar algunos detalles de la noche anterior. Pero son confusos y... absurdos. Son una completa locura. ¿Seguro que no son producto de su imaginación por culpa de la borrachera?


Cuando llegan a Scotland Yard se llevan a Greg a quien sabe dónde, mientras que John es llevado a una sala de interrogatorios. Le dan un vaso de agua y una pastilla para la resaca. Sally observa con ojos críticos cómo se la toma. Luego suspira, pone en marcha una cámara de video y se inclina sobre la mesa hacia el hombre.


-John Hamish Watson. ¿Eres consciente de la gran cantidad de hechos extraños que han tenido lugar en Londres ésta noche?


-Verá, Donovan... A mí me habéis despertado vosotros cuando habéis entrado tan bruscamente en mi piso. De la noche anterior tan solo recuerdo trozos sueltos y no tienen mucho sentido que digamos.


-Pues empieza a recordar, John. Tenemos todo el día. ¿Recuerda al menos como empezó la noche?


-Eh... sí, eso sí -asiente el rubio, frunciendo el ceño, pensativo.

Oh, shit!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora