Capitulo 8

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A la mañana siguiente dos hombres se encontraban pescando en el lago mientras observaban la casa de Rick Lipton.

—¿Cuándo salió Rick de la cárcel?—Preguntó uno al ver movimiento en una de las ventanas.

—El sistema de justicia es una basura.—Contestó el otro negando con la cabeza.

Hace un rato, Avery había logrado forzar la cerradura de la casa, y apenas habían entrado, Eddie se puso a buscar comida tirando de los cajones en la cocina y haciendo demasiado ruido.

Esa mañana se habían dado cuenta que ya habían agotado la poca comida que Dustin les había dejado.

—Eddie, guarda silencio. Alguien podría escucharte y venir.—Le reprochó la pelinegra mientras intentaba alcanzar unos fideos en los estantes superiores.

Terminó por acomodar una silla frente a ella para poder quedar a la altura, ganándose una burla de parte del rizado debido a su baja estatura.

—¿Qué pasó, enano?, ¿Necesitas ayuda con eso?—Preguntó el mayor mientras sacaba algunos utensilios de un cajón.

—Cállate, Munson.—Le respondió tirando el paquete de fideos sobre el mesón.

El castaño no le respondió. Y a ella le pareció extraño que, con lo que le gustaba hablar, no le hubiera respondido nuevamente.

Y cuando se volteó para saber que lo mantenía tan callado, se lo encontró justo frente a ella, demasiado cerca. Tanto que le costó procesar qué era realmente lo que estaba pasando.

Resultó ser que simplemente estaba sosteniendo el respaldo de la silla.

—Podrías haber caído y eso hubiera sido un problema.—Se explicó el de ojos marrones, algo avergonzado por la situación. Ella solo asintió y bajó de la silla. Resultó que estaba coja, de verdad podría haber caído.

—Gracias...—dijo algo desconcertada, acercándose al fregadero para poner algo de agua en una olla.

—Oye Avy...—comenzó a hablar Eddie al ver su extraña reacción. Esto captó la atención de la joven, que tras poner los fideos en la olla con agua y ponerlos en la estufa, le miró como diciendo "tienes toda mi atención".

—Tengo unas cuantas preguntas para ti, para ponernos al día, me refiero.—continuó el chico.—¿Qué dices?, Ya que tenemos tiempo libre...—intentó bromear.—No se me ocurre algo mejor que pudiéramos hacer en nuestra situación.

—Claro.—respondió con una sonrisa.—Si tu me respondes algunas a mi también.

—Claro que sí.—dijo devolviendo la sonrisa.

—Pero primero terminemos la comida.—demandó removiendo un poco los fideos con una cuchara de palo. Sus entrañas comenzaban a sonar por el hambre.—¿No hay algo que podamos ponerle a los fideos?

En respuesta a esto, Eddie se volteó y comenzó a buscar en uno de los estantes.

Hasta que encontró una lata de salsa de tomate en uno de ellos.

—Si...—dijo tomando la lata para observarla bien. Y luego la puso sobre el mesón a un lado de la cocina.—Esto funcionara.

Avery añadió la salsa a los fideos.

Y en unos minutos ya tenían la comida hecha. Tomaron dos cucharas y se sentaron en un sofá a comer.

—Le hablaré a Dustin.—Avisó Eddie con el Walkie Talkie en mano.—Necesitaremos más comida.

La menor solo asintió mientras comía.

[...]

—Dustin....—sonaba por quinta vez la voz de Eddie a través del aparato cuando Nancy lo contestó.

If only you knew 『Eddie Munson』Donde viven las historias. Descúbrelo ahora