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Era la mañana siguiente, y Eren no había podido dormir en toda la noche. Las palabras tan duras de Mikasa hacia el retumbaron en su cabeza toda la noche, esa no era la Mikasa que el conoció, era otra totalmente, pero... Ella era así por el, aún recordaba la mirada llena de dolor, al momento de encontrarlo con su amante, el sabia muy en fondo que todo ese desprecio hacia el, se lo merecia, jamás se perdonaría todo el daño que le hizo a la mujer que le juro fidelidad durante toda su vida. Pero por una estupidez le fallo.

Y también el, era alguien muy diferente, ahora el alcohol era su mejor compañía, pero en esta noche no bebio nada, y tampoco logró conciliar el sueño. El estaba feliz si, ya que pudo sostener a su pequeño bebé en sus brazos, era un pedacito de el y de Mikasa.

Entre tantos pensamientos decidió levantarse y arreglarse un poco, ya que planeaba ir por su hijo, y si era posible también por Mikasa. Aunque para ser sincero con sigo mismo ella lo odiaba, pero al menos quería saber donde viviria, al menos para visitar a su hijo todos los días. El era su padre y tenia todo el derecho de estar junto a él.

Condujo hasta el hospital y nuevamente tuvo que atravesar la multitud de cámaras y reporteros del lugar. Entró al hospital con algo de dificultad ya que no dejaban de hacer preguntas muy incómodas para Eren.

Llegó hasta la habitación de Mikasa y abrió la puerta sin previo aviso, sus mejillas se sonrojaron al ver a Mikasa con su sostén, ella se estaba vistiendo para poder irse del hospital junto con su bebé. Eren la miro de espaldas y no pudo evitar perderse en su figura tan esbelta, siempre fue una mujer muy hermosa y sobre todo con muchas curvas, la mirada de Eren la recorrió completa, recordando los momentos en los que el y ella fueron uno solo, y que ahora solo le quedarían recuerdos, esos recuerdos que ahora el daría su vida por volver a vivir, pero ya era demasiado tarde y lo único que podía hacer es solo mirarla, aunque por dentro se muriera de ganas por tocar de nuevo a la mujer que le robo el corazón desde el primer instante.

Mikasa sintió la presencia de Eren en la habitación, se dio la vuelta y con su mirada llena de fastidio lo miro.

-¿No sabes que es de mala educación entrar sin tocar? - hablo con tono de fastidio

-Y-Yo... Lo siento - evito mirarla ya que estaba muy sonrojado - vine por que quería saber si te quedarías aquí en el distrito Trost o regresaras a Shinganshina

-Me quedaré aquí en Trost - respondió de mala gana

-En ese caso yo también me quedaré aqui, quiero estar lo más cerca posible de mi hijo y de...... - Eren la miro y se encontró con una mirada llena de desprecio por lo que Eren no termino su oración

-Mikasa ¿Estas lista para irnos? - pregunto Levi entrando a su habitación - tsk ¿Que haces aquí Jeager? - lo miro con igual desagrado

-Te recuerdo que es mi hijo Levi - dijo cabiz bajo - y como su padre tengo todo el derecho de estar aquí

-Tu lo dijiste Eren - hablo Mikasa - estas aquí porque desgraciadamente eres el padre de mi bebé, pero vuelvo y repito , no confundas las cosas y como puedes ver aun no traen a mi bebé y si quieres ver a tu hijo espera hasta que la enfermera lo traiga, y sal de la habitación por favor

Eren no dijo nada y decidió salir para no incomodar a Mikasa, ¿tanto desprecio y odio era el que sentía hacia el? Gracias a él Mikasa era alguien completamente diferente.

Eren espero paciente fuera de la habitación, hasta que vio que una enfermera llevaba a su pequeño hijo en brazos. Eren decidió entrar a la habitación de Mikasa con la enfermera. Mientras ella le daba su bebé a Mikasa. El pudo ver como la mirada de Mikasa cambiaba a una mirada de ternura y amor. Esa era la Mikasa de la que él se había enamorado, pero ella cambió por el, todo fue su culpa.

Una segunda oportunidad Donde viven las historias. Descúbrelo ahora