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Tu solo querías una vida normal, una vida mejor.

Mi nombre es Lisa Haykaru, 20 años de edad, me mudé a Tokyo cuando tenía al rededor de 15 años, este es mi quinto año de vivir en este lugar. Ha sido toda una travesía, he llorado, reído, gritado, me he caído y levantado, pero he logrado seguir. Soy de esas personas que ha simple vista no parecen tener nada que interesante que aportar a tu vida, sin embargo considero que puedo lograr tener impacto en las vidas ajenas. Me considero alguien que le gusta la verdad, me encanta las cosas claras y me gusta sentirme confortable en cualquier ocasión o circunstancia.

Nunca habría tan siquiera imaginado en ¿Qué pasaría si llegara alguien que es todo lo contrario a mi vida? Y peor aún, que yo dejara que esa persona fuera más que un conocido...

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Iba de camino a la escuela porque se me había hecho bastante tarde, eran las 7:52 am y tenía que estar en mi salón a las 8 de la mañana, probablemente abriendo el libro de Ciencias, pero no, aquí estoy cruzando el semáforo peatonal casi sin respetar sus colores. Así comienza un gran día, era lo único que me pasó por la mente.

Llegue tarde obviamente, el reloj marcaba las 8:15 am y con toda pena tuve que pedir permiso para entrar en el salón , interrumpiendo al profesor y al parecer a nuevos miembros del salón.

-Puede pasar señorita Haykaru- sentí las miradas en mi, ya que obviamente llegué a la hora menos indicada en el momento menos indicado.

Me senté al lado de mi única amiga, o al menos la única a la que le cuento casi el 95% de mi vida.

- Llegas demasiado tarde- susurró Anya- pensé que estabas enferma- dijo mientras seguía viendo hacia el frente, para tratar de hacer que prestaba atención.

-Mi alarma no sonó- dije mientras sacaba el libro de ciencias de mi bolso- o quizá sonó y no la escuché- dije acomodándome rápidamente

-Como les decía , hoy tendrán un nuevo compañero de clases, Rindou Haitani- dijo abriéndole paso a un chico con cabello bastante distinto, peculiar diría yo- viene de las afueras de Japón, así que muchachos espero que le den una buena bienvenida - dijo el profesor

-Es curioso que un chico de su clase no vaya a una escuela convencional - dijo Anya casi susurrando

Me quedé viéndolo y se veía bastante tranquilo, de esos chicos tranquilos que más bien dan miedo.

La clase dio inicio y todo siguió como siempre, vimos unas cuantas páginas del libro, la otra mitad de la clase hacía pruebas de laboratorio y listo.

Salimos del salón y fuimos a la cafetería, compramos algunas cosas para desayunar y nos dirigimos a sentarnos en la zona verde de la Universidad.

Hablábamos de cosas sin sentido alguno, el día se veía bastante bien, un sol radiante y unas nubes hermosas.

- Es loco que ya este sea tu quinto año aquí no? - dijo Anya sonriendo- es decir, eres valiente por alejarte de todos tus seres queridos - Siguió ella diciendo mientras yo me perdía en el cielo, tenía un poco de razón, pero no miento, aún extraño a mi familia cada noche o cada que me siento sola y no siento que pueda continuar.

-Creo que ha sido de mis mejores decisiones, te conocí a ti - dije sonriendo a lo que Anya también sonrió
- Andas muy dulce - dijo y se arrecosto a mi lado- ¿qué piensas del chico nuevo? Dijo haciéndome una seña para que lo viera
- Se ve que no da problemas, no como los típicos de su clase- dije viéndolo un poco más
- Hablaba del físico, pero si, también note que es bastante tranquilo e inteligente, respondió a la pregunta del profesor Michaels cuando la hizo, ¿sabes lo que cuesta contestar a esas preguntas? - dijo ella siendo un poco dramática
- lo sé- dije dando una pequeña sonrisa

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